El dos de junio venidero no será una jornada electoral cualquiera. Nadie lo está previendo así, ni en el búnker panista ni en el búnker morenista. En el cuarto de guerra de Acción Nacional ya surgió la advertencia: habrá grupos de choque que intentarán reventar la elección. Identificaron que en Guanajuato ha habido una inusual circulación de vehículos con placas del Estado de México y por ello las alarmas se encendieron.
Del lado morenista la alarma también sonó. Temen que la elección se defina en las comunidades rurales, lugar en donde no tienen estructura ni presencia. Por ello el plan logístico implicará mover observadores hacia esas zonas y la encomienda es clara: documentar todo, enfrentar a todos y visibilizar todo.
Se trata de la elección más grande en la historia de México, pero también la más polarizada. El Partido Acción Nacional se ha trazado subir en 400 mil votos la meta para esta elección, es decir, quieren abonar con un millón 200 mil votos para el proyecto de Xóchitl Gálvez. Saben que no es fácil, pues la marca panista tiene desgaste; saben, también, que habrá un importante voto de cascada, pero son sabedores de que la estructura en el estado la manejan como nadie más y esa es su fortaleza. Morena, en cambio, aspira a un millón de votos, según el plan presentado a las estructuras morenistas en Villagrán hace unos días, cifra nunca conseguida, pero apuestan a que el efecto Cuatroteísta o de Sheinbaum les alcance para ello. Ambos bandos ya preparan sus grupos que movilizarán el día de la elección para la defensa de sus sufragios y están dispuestos a todo. Jesús Oviedo Herrera, secretario de Gobierno, aseguró que todas las corporaciones de seguridad, tanto municipales como estatales, laborarán el dos de junio. Saben que la batalla real no se ha visto en las campañas, que la batalla real será el día de la elección. El PAN es experto en movilizar a su gente para que vote, pero Morena ha aprendido que las elecciones se ganan el día de la votación y alistan la movilización y sus grupos de defensa del sufragio. Las alertas están encendidas en todos los frentes. No será un día sencillo para nadie y todo puede y debe esperarse para entonces.
¿Más amenazas?
“Ni las intimidaciones, ni las amenazas, tienen cabida en una democracia en donde lo que se debe privilegiar es el respeto a las personas, las ideas, las leyes y las instituciones. Rechazo cualquier tipo de violencia hacia las personas que integramos las autoridades electorales”.
Ese fue el mensaje que la presidenta del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato posteó en su cuenta de X. No se trata de cualquier mensaje y menos de quien viene. Aunque pasó inadvertido, éste llama la atención, sobre todo porque la propia Brenda Canchola acusó al candidato al Senado por Morena, Ricardo Sheffield Padilla, de presunta violencia política en razón de género en su contra. ¿El mensaje era para él? ¿O hay otras amenazas que han recibido?
Lo más sano habría sido aclarar quién o quiénes son los destinatarios de ese preocupante mensaje, sobre todo porque ha sido una campaña empañada por la violencia y que la presidenta del órgano electoral del estado de Guanajuato acuse violencia y amenazas en contra de quienes integran a éste es para llamar la atención. No es cosa menor.
Morena no ha entendido la lección
La visita de Claudia Sheiunbaum a Guanajuato causó más expectativa para lo que realmente fue. Pudo haber tenido mayor exposición mediática, pero el mismo equipo encargado de la logística se encargó de que no fuera así. “No citamos a la prensa a este mitin”, fue la respuesta de uno de los encargados de la lógística del mitin en Irapuato, quien impidió que los medios de comunicación pudieran estar cerca de una bocina a un costado del templete, para tener mejores ángulos para las fotografías y captar nítidamente el mensaje para los audios y transmisiones en redes sociales. “Con la pena, pero los medios van para atrás”, secundó una mujer.
Morena no ha entendido que pelearse con los medios de comunicación no es sano, no les abona y menos en un estado en donde les ha costado empatizar con la ciudadanía. Lamentablemente para ellos, perdieron la oportunidad para posicionar un mensaje contundente a días de la visita de Xóchitl Gálvez, en donde las estimaciones indican que más de 10 mil personas la acompañarán en su mitin en León; a Claudia Sheinbaum tanto en San Francisco del Rincón como en Irapuato la acompañaron unas dos mil personas en sendos eventos, según sus propios datos. Desaprovecharon una oportunidad que no les volverá.
Dejar precedente
El Instituto Electoral del Estado de Guanajuato determinó que las candidatas a las presidencias municipales de León e Irapuato, Alejandra Gutiérrez Campos y Lorena Alfaro García, respectivamente, habían sido víctimas de violencia política en razón de género.
Al cuestionarle a ambas candidatas sobre esta situación, las dos coincidieron en que decidieron denunciar, porque se debe sentar un precedente de que ninguna mujer debe ser violentada. “Es difícil ser candidata y es difícil ser alcaldesa, pero más difícil es cuando se recibe violencia sólo por ser mujer”, dijo Alejandra Gutiérrez, quien fiel a su estilo dijo que quien la hace, la debe pagar, “sea quien sea”.
La próxima semana, el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato estará desahogando otras dos quejas más contra candidatas panistas, quienes acusaron a morenistas de violentarlas. El IEEG también resolverá otra queja interpuesta por el equipo de Lorena Alfaro, por publicaciones falsas en redes sociales. “Cuando no hay argumentos, se recurre a la violencia”, dijo la candidata irapuatense, quien también dijo que irá hasta las últimas consecuencias. En 2021 también denunció ser víctima de violencia en razón de género por parte de un publicista en redes sociales y el tiempo le dio la razón.
La propia presidenta del IEEG sufrió ese tipo de violencia, pero dijo que se enfocará en terminar el proceso electoral, en donde hay más de 224 quejas, 35 de ellas por violencia política en razón de género. La cifra más alta para un proceso electoral en Guanajuato. El tema debe llamar a la reflexión, a una profunda reflexión.
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