/ domingo 12 de agosto de 2018

El robo al “Cinco copas”, el robo del siglo

La gota que derramó el vaso, es sin duda alguna, el asalto a casa-habitación que sufrió Don Antonio “La Tota” Carvajal. En este caso concreto, no se trata de la suma de dinero de la cual se apoderaron los facinerosos, tampoco de las medallas o los trofeos de uno de los personajes del futbol más emblemáticos que ha tenido esta ciudad de León,  sino del hecho,  que los medios de comunicación lo hicieron noticia tanto en el interior como en el exterior de nuestro país.  Y desde mi perspectiva,  esta  circunstancia  es el detonante para que la población se dé cuenta  de que la autoridad, encargada de la seguridad pública, no ha dado el ancho que la sociedad leonesa le reclama.

Un medio de la localidad publicó que en enero hubo 38 robos a casa-habitación, en febrero 21,  en marzo 35,  en abril 25,  en mayo 27, junio 36 y julio 27. Estos números, no se comparan con la cifra negra que existe de robos en esta ciudad y solo por mencionar una sola colonia, referiré  que todos los edificios circunvecinos de la Universidad La Salle, han sido botín de los amantes de lo ajeno.

No quisiera tomar como bandera el robo sufrido, por el multi mundialista que ha representado a nuestro país en cinco copas  mundiales en el futbol, sino que quiero hacer hincapié en lo que he insistido en las últimas dos columnas que he escrito sobre este particular.  La autoridad municipal encabezada por López Santillana se está equivocando porque en lugar de atender con un programa de carácter prioritario este asunto de inseguridad está instaurando un programa de política pública que auguro que tendrá tropiezos y está dejando una estela de dudas porque considero que el famoso reglamento de tránsito tiene tintes recaudatorios, más que preventivos y el sofisma que se utiliza como argumento, es como el  que utilizan quienes están a favor de la pena de muerte,   esgrimiendo la hipótesis de que esta pena  es para salvaguardar los derechos humanos de las víctimas y para que no se sigan cometiendo más delitos;  cuando sabemos de una forma inequívoca, que la pena de muerte no  ha sido suficiente para parar la ola  delicuencial en donde se aplica. Y ahora, este multicitado reglamento, que según sus propulsores no es una medida recaudatoria sino que va enfocada  al ser humano, lo cual, resulta una falacia porque ahora, con dinero vamos a resolver el asunto de la problemática de la vialidad en esta ciudad de León, Gto.

Echemos un vistazo a las multas:  conducir usando el celular, $3,224; participar en arrancones, $4,836; invadir carril exclusivo de la oruga, $2,418; no tener verificación, $2,418; arrojar basura, $1,209; pasarse la luz roja, $2,408. En suma, con este reglamento cuasi-fascista, se van  a atacar las consecuencias de la falta administrativa, pero no se va a reeducar a los ciudadanos en su educación vial. Con esto, se está apostando de una manera radical y extrema, a sancionar con cantidades exorbitantes el pago de cualquier infracción, violentando el principio que más vale prevenir, que castigar.

Es de extrañar el hermetismo total y la ausencia con aires de entreguismo, cuando hay un silencio cómplice en las organizaciones no gubernamentales, que han hecho un mutis en este renglón, porque estoy cierto que hay que decir las cosas en el momento preciso y estoy seguro que debemos ser críticos, cuando las cosas no tienen ningún fin positivo para la sociedad, de esta forma no construiremos civilidad, sin duda alguna, los encargados de generar este reglamento, utilizarán la técnica para darle la vuelta a cualquier violación que pueda representar este reglamento contra la Constitución. Habrá que pedirles en caso dado, que estas multas no sean  condonables para ninguna persona que utilice el tráfico de influencias, pero por lo pronto, lo que es poco inconsistente de parte de las organizaciones, como es, de abogados o aquéllas que se dicen representar a la sociedad, actúen como cortesanos para legitimar este reglamento, que a la postre, impedirá que los ciudadanos  manifiesten sus inconformidades  para  oponerse  a este tipo de políticas públicas.

La vox pópuli, está consciente  de que los programas actuales son inoperantes  por la falta de aplicación, sin embargo, no será con multas como se combatirá la comisión de estas infracciones, no hagamos reglamentos que exasperen al pueblo por la falta de coordinación de las policías municipales. Señor Alcalde López Santillana, urge que atienda la seguridad pública, que en principio, es la primera obligación, en coordinación con el Gobernador del Estado, que habida cuenta establece que es prioridad garantizar la paz y seguridad pública en nuestro Estado de Guanajuato.

galvantorres33@hotmail.com