/ martes 24 de septiembre de 2024

La Nueva Escuela Mexicana, sus implicaciones

Es necesario reconceptualizar la educación, cuyo propósito va más allá de enseñar contenidos de aprendizaje.


La administración federal que concluye sus funciones el próximo 1 de octubre, derivado de una consulta en cada una de las entidades federativas realizada en 2018, integró un diagnóstico del estado que guarda la educación en ese momento, consulta que estuvo coordinada por las autoridades de la SEP. Dicha consulta permitió integrar un Acuerdo Educativo Nacional estableciendo un marco jurídico que reorientó el Sistema Educativo en todos sus niveles y modalidades, disposiciones pedagógicas y normativas que fueron presentadas por el Ejecutivo Federal y sancionadas por el Congreso de la Unión. Las reformas en materia educativa a que dio lugar quedaron asentadas en la constitución política de nuestro país, así como en la Ley General de Educación.


El Acuerdo Educativo Nacional construido tiene dos fortalezas que lo caracterizan, a saber


1. Participación de académicos de todos los niveles, incluyendo a sectores sociales y la representación sindical.


2. Se trata de un documento que no fue diseñado desde el escritorio, sino resultado de un proceso de consulta lo cual le da solidez y consistencia interna.


En una apreciación inicial, considero pertinente que la nueva administración federal:


o Difunda el Acuerdo de manera amplia a la sociedad en su conjunto y en particular al magisterio para su adecuada apropiación.


o Pueda Integrar los contenidos del Acuerdo Educativo Nacional al proceso de formación inicial y continua de maestros en las escuelas normales, centros de actualización del magisterio y la UPN. El estudio de la Legislación Educativa es una asignatura relevante, sustantiva en los procesos de formación docente ya que representa el conocimiento fundamental para el ejercicio de la docencia, su omisión o desconocimiento representa un serio riesgo para el logro de los fines torales de la Educación, en lenguaje llano sería como caminar a ciegas.


Desde su aprobación, el Acuerdo Educativo Nacional no fue concebido como un insumo referencial acabado, lo cual me parece importante reconocer, se trata por el contrario de un documento a revisar de manera permanente para su actualización pedagógica, así como en materia de política educativa.


Destaco de igual manera en el contexto de apertura y participación social en la Educación el considerar a los estados y municipios en el diseño de propuestas para mejorar la prestación del servicio educativo, ello sin restar fortaleza a la rectoría de la Educación por parte de la autoridad educativa federal, aunque sí ofrecer un clima de apertura a la participación ciudadana. Lo expresado pareciera un pronunciamiento sencillo, sin embargo, generar espacios de análisis y diálogo ciudadano y con el magisterio a fin de diseñar políticas públicas en materia educativa, no es una conquista menor, más aún si se reconoce que históricamente la definición de las políticas públicas en la materia quedaba en manos de un grupo limitado de expertos.


La Nueva Escuela Mexicana es un instrumento que emanado del Acuerdo Educativo Nacional permite garantizar su operación para el logro de los principios consagrados en el artículo 3o. Constitucional, así como en la Ley General de Educación. No se trata en consecuencia de un mero pronunciamiento, ligero y superficial, la Nueva Escuela Mexicana plantea la construcción de una nueva sociedad y una nueva persona en el marco de un humanismo filosófico.

En los planteamientos que orientan el sistema educativo nacional desarrollados en la nueva legislación educativa, destaco dos propósitos:


o Procurar la excelencia en la prestación del servicio educativo nacional.


o Ofrecer una educación con equidad, lo cual obliga al Estado a prestar una mayor atención a poblaciones con rezago económico e históricamente discriminadas.


Se trata de propósitos complejos en su diseño y logro, ello obliga a los gobiernos de todos los niveles a consagrar mayores esfuerzos que fortalezcan el proceso educativo de la niñez, juventud y población adulta, en una acepción pedagógica que vaya más allá de la enseñanza, priorizando dimensiones formativas de la personalidad.


Las condiciones sociales en las vertientes de convivencia y paz social obligan a reflexionar sobre la importancia para diseñar modelos educativos que posibiliten y abran la esperanza para formar una ciudadanía fraterna y de progreso social. La SEP ante esa gran tarea histórica.


Comparto mi correo para continuar orientando a los interesados en temas relacionados a la salud emocional zavalafranciscoramirez@gmail.com


Francisco Javier Zavala Ramírez