/ viernes 31 de marzo de 2023

Reflejos de Sol | ¿Y los adictos?

El estado de Guanajuato es uno de los más aventajados en invertir en un programa de largo plazo para prevenir la adicción a sustancias. Este programa está dirigido principalmente a los padres de familia quienes, a través de los sistemas DIF estatal y municipales, pueden recibir capacitación en materia de crianza positiva. ¿Qué es eso?

Según la página del DIF estatal, presidido por Adriana Ramírez Lozano, la crianza positiva es una “herramienta que ayuda a los padres en el cuidado de sus hijos, fundamentado en el interés superior de la niñez, donde madres, padres y personas responsables del cuidado aprenden a: cuidar; promover y estimular el desarrollo de las capacidades de la niña, niño o adolescente; no ser violentos; ofrecer reconocimiento y orientación que incluye el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo de la niña, niño o adolescente”.

Este programa está destinado fundamentalmente a los padres con hijos pequeños, o con problemáticas incipientes. La solución no es autoritaria y con castigos, pues los adolescentes entre más se les maltrata menos caso hacen y buscan grupos sociales en donde sí los acepten y los “quieran como son”.

“THINK TANK COMUNITARIO”

En el mismo sentido, vale la pena destacar la iniciativa del municipio de León, liderado por Allejandra Gutiérrez, que está haciendo una convocatoria para jóvenes que residan en León de entre 12 y 30 años de edad, para ejecutar un proyecto integral en materia de prevención social de la violencia y la delincuencia.

Esta iniciativa busca aprovechar la creatividad de los jóvenes para que en lugar de ser parte del problema, sean parte de la solución.

ESTRATEGIA DE LA SEP

Por su parte, el gobierno federal presentó recientemente en voz de la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramirez Amaya, la Estrategia de prevención de adicciones. Esta consistirá en que en cada aula de educación básica, los docentes enseñaran a los infantes: cuáles son las drogas y su clasificación y les hablarán de los efectos letales para la salud del fentanilo (ya sabemos que Estados Unidos está en crisis de muertes juveniles por esta sustancia); metanfetaminas, vapeadores; cannabis (marihuana); tabaco, alcohol y benzodiapezinas.

Según la propia estrategia, en México la edad promedio de inicio de consumo de drogas es a los 13 años.

EL JAMÓN DEL SANDWICH

Las estrategias descritas están encaminadas a prevenir las adicciones y erradicarán el problema a largo plazo. Pero pocas estrategias hay para quienes ya son adictos. Todos los jóvenes que ya se dedican a consumir o a vender droga. Que ya están en el negocio.

Para ellos, todo es un problema de incentivos. Para quienes venden, el ingreso que obtienen (a pesar del riesgo que corren). Para quienes consumen, el incentivo de los efectos que la droga provoca, mientras acaba con sus vidas.

Dos temas de reflexión: Helen Anaya presidenta saliente de la CANIRAC (restauranteros) estatal de Guanajuato (ayer tomó posesión Manuel Bribiesca Sahagún como nuevo presidente); afirmó que la reducción de horarios en bares y antros es contraproducente por la sencilla razón de que intervenir con seguridad en un lugar público, como es un restaurante o un bar y supervisarlo, es mucho más fácil que hacerlo en domicilios particulares a donde los jóvenes van “a seguirla”.

Y dos: está muy de moda hablar de fentanilo en estos días. Pero en Guanajuato, dicen los que saben que la gente con menores recursos sigue drogándose con solventes o activadores: thinner o cemento en papel del baño (ya ni estopa usan). Ahora que si viven en lugares más elegantes, los jóvenes recurren al “Tusi” o “2CB”, droga importada que tuvo sus mejores épocas en Colombia hace unos diez años, pero que hoy circula en fiestas y lugares para los jóvenes con posibilidades de comprarla.

Como sociedad, familias y gobierno, usemos nuestra creatividad para dar incentivos a los adictos o vendedores de droga para que antes de que sea demasiado tarde, reorienten su vida hacia la creatividad. No los sigamos excluyendo (ni llevando a “anexos” de muerte) porque a veces se trata de familias completas.