De la Cruz Anaya Yoselin Guadalupe, Magdaleno Ruiz Rebeca Nayeli
Maya Almanza Valeria, Salinas Magallón María Fernanda
Ramírez Torres Cinthya Verónica, Dr. Cuauhtémoc Sandoval Salazar
Alumnas y profesor de la Licenciatura en Nutrición
Campus Celaya-Salvatierra, Universidad de Guanajuato
Las enfermedades crónicas no transmisibles son un problema de salud pública en todo el mundo. Los principales factores que favorecen el desarrollo de estas son la obesidad, la falta de actividad física, una alimentación de mala calidad; así como, la mercadotecnia de los productos ultraprocesados. Lo anterior, afecta a toda la población, pero se debe poner atención en la población infantil.
De manera interesante, en México la población presenta patrones inadecuados de alimentación desde etapas muy tempranas; por ejemplo, se tiene una prevalencia baja de lactancia materna exclusiva, un bajo consumo de frutas, verduras, leguminosas y nueces; así como, poca actividad física.
De acuerdo con el informe del Instituto Nacional de Salud Pública, se menciona que los patrones alimentarios saludables inician con la lactancia materna exclusiva desde el bebé recién nacido hasta los seis meses de vida; después de este periodo, es importante iniciar con la alimentación complementaria e incluir alimentos como las verduras, frutas, cereales y leguminosas. Posteriormente, a partir de los siete meses se agregan las proteínas de origen animal a la dieta del bebé.
Lo anterior, puede ser una acción importante para evitar problemas futuros de sobrepeso y obesidad. El sobrepeso y obesidad se caracterizan por una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo e infortunadamente esta condición o problema de salud está presente en la población preescolar, escolar, secundaria y bachillerato.
De las varias causas para esta problemática se tiene a la modernización industrial alimentaria con alta producción y alto consumo de alimentos industrializados ricos en azúcares refinados y grasas saturadas. Sin embargo, otra causa de importancia considerar es el poco conocimiento que tienen los padres de familia al momento de preparar la lonchera de los preescolares y escolares. Por ejemplo, una investigación muestra que la calidad nutricional de las loncheras de preescolares depende de los conocimientos del cuidador y donde se encontró que la mayoría de las loncheras contiene una gran cantidad de alimentos industrializados (sopas instantáneas, bebidas gaseosas, jugos, galletas, chocolates, papas fritas, dulces, etc.); los cuales, son ricos azúcares, grasas de mala calidad y muy poco contenido frutas, verduras y proteínas.
Durante la etapa preescolar, la alimentación tiene gran importancia, ya que es la etapa donde el niño se encuentra en pleno periodo de crecimiento y de formación de los hábitos alimentarios y nutricionales; los cuales, se concretan a corto y largo plazo. La conducta alimentaria se caracteriza por el comportamiento normal vinculado con los hábitos de alimentación, la selección de alimentos que se consumen, las preparaciones, las cantidades consumidas y la calidad nutricia.
La etapa preescolar es crítica para el logro de los máximos beneficios en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles y se reconoce a la infancia temprana como una etapa prioritaria para las acciones que promueven su desarrollo saludable y para ello se necesita que la alimentación sea de calidad.
Por lo anterior, en México y el mundo se tienen guías alimentarias que indican los alimentos o dietas saludables y sostenibles que la población debe consumir. Estas utilizan la evidencia científica, proporcionan recomendaciones y productos que contribuyen y facilitan el cambio en el sistema alimentario hacia mejores prácticas relacionadas con la alimentación, la nutrición, la salud; así como, la difusión de mensajes de la nutrición en todas sus formas para disminuir el riesgo de enfermedades como la obesidad y desnutrición.
De acuerdo con las guías alimentarias se recomienda que la lonchera incluya diariamente:
Una o más porciones de verduras (1 taza de pepino o de jícama o espinaca, ½ taza de zanahoria) y frutas (1 manzana, ½ plátano, 2 mandarinas, 17 piezas de fresas, 2 naranjas).
Alimentos preparados con la combinación de dos o más alimentos, por ejemplo: una torta (jamón, queso panela, jitomate, lechuga, aguacate); un sándwich (puede llevar jamón o queso panela, lechuga, cebolla, jitomate y aguacate); quesadillas (hechas con tortilla de maíz, queso panela, lechuga, jitomate o pico de gallo, aguacate; chilaquiles (pueden llevar queso panela, pollo o huevo, lechuga, crema, salsa de tomate verde o jitomate).
Es importante la inclusión de lácteos en la lonchera, se puede agregar el yogurt (yogurt bebible o batido natural sin azúcar).
Por lo anterior, es importante que los padres de familia tomen en cuenta las recomendaciones nutricionales dadas por las guías alimentarias de la Secretaria de Salud México; así como, tener una participación activa en la preparación de la lonchera saludable para sus hijos; ya que, el crecimiento y desarrollo de los niños es crucial durante los primeros años de vida. Se debe recordar que una inadecuada alimentación puede generar enfermedades crónicas desde una temprana edad; las cuales, pueden empeorar con el paso del tiempo y derivar en complicaciones más severas en la edad adulta (obesidad, diabetes, hipertensión). Prevenir estas complicaciones y enfermedades puede lograrse desde la preparación de una lonchera saludable en casa, beber suficiente agua natural y la actividad física diaria.
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