En la semana que terminó hubo nuevas alertas. No solo por ruta de choque de los poderes ejecutivo y legislativo contra el judicial (meteorito descomunal). También por una mayor incertidumbre de si en México se garantizarán los derechos humanos y la división de poderes.
Con premura, otra ocurrente iniciativa de reforma constitucional, presentada el martes, y aprobada por mayoría autoritaria del senado, la madrugada del viernes, destruyen la Constitución, impiden que el Poder Judicial Federal revise actos violatorios de la Constitución con su reforma judicial. (Y de paso, de nuevas violaciones a derechos humanos que cometan en el futuro).
Incrementan alarma actos terroristas en Guanajuato, Sinaloa, Guerrero, Chiapas, ataques recientes a policías: “actos en contra de las personas, las cosas o servicios públicos, que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad para que tome una determinación”, dice el Artículo 139 del Código Penal Federal. Pero la presidenta y su secretario de seguridad, Omar García Harfuch, dicen que no son terroristas “porque no tienen motivos ideológicos o religiosos”. ¿Dónde la ley pide esos motivos causantes de terror o temor en la población? Siguen los abrazos.
Al crimen organizado, nacional -y transnacional-, Obrador lo empoderó, como ningún gobierno anterior (los EU lo saben bien). Caos propicio para intentar la suspensión de derechos humanos y de nuestras garantías, en ruta de dictadura de partido.
El proceder de los poderes públicos detentados por la 4T, en ambas reformas, violó el Artículo 1° de la Constitución (que también querían modificar esta semana): “Todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece. Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia… Todas las autoridades tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley…”.
¿A qué se refiere el Artículo 1° con el principio de progresividad? ¿Es regresiva la reforma judicial publicada o la que va en trámite para impedir ampararse? Ese principio obliga a todas las autoridades a respetar y garantizar los derechos humanos de manera creciente, incremental; por tanto, tienen prohibido un retroceso, un paso atrás, en su protección y respeto. De ahí que las últimas reformas deben ser consideradas regresivas e impugnables en tribunales nacionales y Cortes internacionales.
La Suprema Corte resolverá en breve controversias, acciones de inconstitucionalidad y juicios de amparo contra la reforma judicial, haciendo valer el 1° constitucional. El obradorato no ha entendido que no es igual el Poder Constituyente que el Poder Reformador de la Constitución. El primero no tiene límites constitucionales, el segundo sí, por ser poder constituido. Y por eso hablan hoy de la “Supremacía constitucional”, sin entender que su poder reformador tiene límites en la Constitución y en los tratados internacionales. Y éstos refieren a un bien común internacional, dada la universalidad, interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos.
La 4T sobredimensiona el 54% de los votos ciudadanos que obtuvo para diputados en la elección. Autoritarios desprecian al otro 46% que no los votó y a abstencionistas. Ebrios de poder, impulsan condiciones posibilitadoras de una dictadura partidista, como Cuba, Venezuela o China, en medio del caos provocado.
Solo el pueblo resistirá civil, activa y pacíficamente. A personalizar y desmasificar para evitar dictadura de partido.
Analista político
@jalcants