Carlos Hernández, productor y director de cine originario de Celaya, sigue cosechando éxitos en el mundo del cine mexicano y este año buscará replicar su hazaña al contender por el premio Diosas de Plata como Mejor Documental.
Con una carrera que abarca diez largometrajes, Carlos Hernández ha captado la atención tanto de críticos como de la audiencia con sus trabajos. Su ópera prima, el documental De Puro Aire (2019), recibió una nominación al premio Diosas de Plata como Mejor Documental, marcando el inicio de una prometedora trayectoria.
En entrevista exclusiva para la Organización Editorial Mexicana, el celayense narró que su primer cortometraje de ficción, El Grillo, obtuvo una nominación a los premios Ariel en la categoría de Mejor Cortometraje de Ficción en 2023, destacando su habilidad para narrar historias impactantes en un formato más breve.
Ahora, Hernández vuelve a destacar con Charrascas, un largometraje que le ha valido su segunda nominación consecutiva a los Premios Ariel, en la próxima ceremonia que se celebrará este 7 de septiembre en el Teatro Degollado, Guadalajara, Jalisco. El evento será transmitido en vivo a través de TNT y HBO Max.
El guanajuatense explicó Charrascas se centra en una innovadora combinación de boxeo, educación y apoyo psicológico; este corto fue filmado en el penal de Tenango del Valle, Estado de México, en el marco del proyecto “Knockout: No tires la toalla”, un programa de reinserción social ofrece a los reos una oportunidad para sanar sus heridas a través del boxeo y la toma de conciencia sobre su respiración.
Detalló que el término charrascas, utilizado en el contexto penitenciario, se refiere a las cicatrices que los reos se hacen para identificarse dentro de grupos o pandillas.
Carlos Hernández agregó que el proceso de filmación, realizado en apenas cuatro días, permitió a Hernández y su equipo adentrarse en el penal y capturar testimonios reveladores de los reclusos. Charrascas explora cómo estos individuos han transformado sus experiencias traumáticas y heridas físicas en una oportunidad para la auto-reflexión y la rehabilitación a través del deporte.
“Con este corto es como una metáfora de que todos necesitamos inhalar aire, pensar que es lo que estamos haciendo y a dónde nos va a conducir cada paso que damos”, dijo el cineasta.
Con este corto, Carlos Hernández sigue demostrando su capacidad para abordar temas profundos y sociales con sensibilidad y creatividad, consolidándose como una figura influyente en el cine mexicano contemporáneo.