Con Marina de Tavira en el personaje de Blanche DuBois, el clásico del teatro “Un tranvía llamado deseo” regresa a la cartelera, en un montaje bajo la dirección de Diego Del Río.
Después de ser parte de “Consentimiento”, la actriz nominada al Oscar continúa su trayectoria teatral para llevar al público una historia atemporal. “Es una obra que no tiene tiempo, se mete en el laberinto del alma humana, de la pasión, de la desolación y esas cosas no tienen tiempo”, explicó en entrevista con El Sol de México.
“No importa cuando sea, mientras haya personas que sigan experimentando este vértigo de estar vivos y vivas, siempre tendrá sentido montar Un tranvía llamado deseo”, añadió.
Escrita por el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams. Hoy considerada una obra maestra, se estrenó en 1947 en Broadway con Jessica Tandy interpretando a Blanche DuBois y Marlon Brando a Stanley Kowalski.
En la trama, Blanche llega a la ciudad de Nueva Orleans para vivir con su hermana Stella, la pareja de Stanley. Entre los personajes, la historia refleja las dificultades de las relaciones familiares y la violencia de género que parecía cotidiana en la época, además de la salud mental.
“Cuando leí esta obra la primera vez, no le vi las cosas que ahora le veo, que tienen todo que ver con muchas conversaciones y discusiones que están teniendo lugar hoy en movimientos: en el de las mujeres, en el movimiento sobre la diversidad”, explicó De Tavira.
“Cuando la vi hace poco ponían una advertencia, esta obra contiene altas cuestiones de violencia doméstica, homofobia, misoginia. Hoy te tienen que advertir. Eso quiere decir que la obra sigue hablando de esas cosas que tenemos pendientes”, agregó la actriz.
Por otra parte, Diego del Río explica que la obra es como poner “una lupa a una sociedad”. “De alguna manera creo que la obra habla de salud mental, pero no nada más de las condiciones que ahora tienen ya la posibilidad de ser categorizadas con un diagnóstico médico, que antes no existía, sino con el entendimiento de la falta de recursos para lidiar con la salud emocional y mental que tenemos como sociedad”, explicó.
En el reparto, del nuevo montaje también están Astrid Mariel Romo, Ana Clara Castañón K., Alejandro Morales, Mónica Jiménez, Federico Di Lorenzo, Diego Medel, Diego Santana, Patricia Vaca y Rodrigo Virago, este último en el papel de Stanley Kowalski.
“Estar haciendo esta obra es cumplir un sueño personal, porque desde mi punto de vista Stanley Kowalski es de los personajes más icónicos de la dramaturgia. Me encanta este universo que Williams construyó, me encanta el texto y desde que la leí por ahí del 2006, estoy enamorado de esta obra”, expresó el actor.
Enfocado en explorar los cásicos
“Un tranvía llamado deseo” no es el primer clásico del teatro que Diego del Río realiza en su carrera como director. Hace tiempo estuvo dirigiendo otra obra del realismo norteamericano, “Todos eran mis hijos” de Arthur Miller, dramaturgo contemporáneo de Tennessee Williams y parte de la “trinidad” que componen junto a Eugene O’Neill.
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En ese sentido, del Río hizo énfasis en su gusto por explorar textos complejos. “Siento que son obras de las que uno tiene muchas ideas. A veces uno cree que los personajes son de una manera nada más. Me gusta el reto de primero llegar con el texto y luego llegar con los actores, para juntos descubrir qué nos dice el material. Por eso es interesante seguirlas viendo”, mencionó.
“Un tranvía llamado deseo” se presentará a partir del 3 de agosto y hasta el 1 de septiembre en el Teatro del Bosque Julio Castillo, con funciones de jueves a domingo a las 18:30. La entrada general costará 150 pesos.