Alrededor de 8 mil obras de Rafael Coronel son las que su hijo, Juan Rafael Coronel Rivera, calcula su padre produjo en 60 años de creación y parte de este legado se verá en una magna exposición que se prepara del artista plástico recién fallecido en el Jardín Borda de Cuernavaca, Morelos, donde radicó en las últimas cuatro décadas.
Coronel Rivera expresó que en el futuro se harán una serie de eventos alrededor de la figura de su padre, con el fin de preparar la conmemoración de los 90 años de su nacimiento en 2021 y “el año entrante planeamos unas exposiciones que empezaremos en el Jardín Borda, ya que Rafael vivió 40 años en Cuernavaca y Raúl Cano, será el curador. Después la llevaremos a Zacatecas”.
Despiden a Rafael Coronel en el Palacio de Bellas Artes
Antes de que la urna que contenía las cenizas del pintor Rafael Coronel (1931-2019) se trasladaran al Palacio de Bellas Artes donde ayer se le rindió un homenaje póstumo, Juan Rafael comentó lo anterior a Organización Editorial Mexicana (OEM) y manifestó lo que significa la pérdida de su padre para el arte en general, en la funeraria donde se veló al pintor zacatecano.
“Yo más bien pensaría que no hay una pérdida, sino una gran producción plástica, muy rica, muy variada de una labor de 60 años en la cual ayudó, colaboró y descubrió muchas cosas de la figuración y sus posibilidades. Siempre fue propositivo y es mejor verlo de esa manera”.
Acerca de la producción artística de su padre, Juan Rafael rememoró que “profesionalmente empezó a trabajar en 1951 y lo hizo hasta el año pasado. Cuando tenía buenas rachas podía pintar hasta cuatro o cinco cuadros a la semana o también pasaban meses si tenía que cambiar de idea. Supongo que hay como 8 mil obras de él porque fue bastante prolijo”.
El escritor, poeta, ensayista y fotógrafo mencionó que hay piezas de Rafael Coronel Arroyo en un promedio de 40 museos en alrededor del mundo. En México, informó, se encuentra una de sus piezas más relevantes: Muerte de la Libélula, obra que obtuvo el primer premio en la Bienal de Tokio, en el año de 1974.
El nieto de Diego Rivera mencionó que su progenitor fue el primer pintor que retrató grandes roedores y una de sus piezas consentidas fue Dos ratas devorando una lombriz, misma que se expuso durante el tributo que se le rindió en el máximo recinto cultural de nuestro país.
En cuanto a cómo continuará con la difusión del legado de su padre, Juan Rafael dijo que se trata “de un creador muy popular y eso es importante porque tiene un público muy grande y en realidad cuando un artista logra tener una estructura de esa calidad con el público, ya logró ese cometido, que es el de todos los que se dedican al arte”, finalizó.