Antonio "La Tota" Carbajal y José Alfredo Jiménez compartieron el sueño de ser porteros

Se conocieron en 1942 en el Club Oviedo donde los dos jugaron la posición de portero

Vanessa Hernández | Noticias Vespertinas

  · martes 9 de mayo de 2023

Antonio Carbajal Rodríguez. Foto: Archivo | Noticias Vespertinas

León, Gto. (OEM, Informex).- José Alfredo Jiménez y Antonio Carbajal Rodríguez, dos leyendas, cada uno en su campo, alguna vez coincidieron en una cancha de futbol donde buscaban cumplir sus sueños.

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En redes sociales circula una foto que recuerda un encuentro de los dos personajes, sujetando un balón; el futbol fue una las pasiones que compartieron, junto con una amistad que forjaron en la cancha y trascendió en el tiempo.

La fotografía le dio la vuelta al mundo, los dos personajes se encontraban en la cima de sus carreras. Detrás de esa imagen hay una historia que contar, “La Tota”, fue el encargado de dar a conocer cómo es que se conocían desde muy jóvenes.

En varias entrevistas, “El Cinco Copas” recordó cuando le tocó jugar con el máximo compositor guanajuatense, en la Alameda de Santa María de la Alameda.

Nos conocimos en Santa María La Ribera desde chamacos. Yo soy del DF y José Alfredo llegó de Dolores Hidalgo, Guanajuato, tras la muerte de su padre. Yo trabajaba en una librería y él en un restaurante, pero había tiempo para echar cascaritas con pelotas de cuero junto al kiosco Morisco. Ambos escogimos la portería”, mencionaba que jugaban a ser como el arquero Bonfiglio, el militar que fue al primer mundial en Uruguay 30, también recordaba que a su amigo le decían Josealfredo, seguidito, a él Toño, Toto y al final Tota.

Club Oviedo

Se conocieron en 1942 en el Club Oviedo donde los dos jugaron la posición de portero, coincidieron en el equipo de futbol de la capital donde, además de luchar por la titularidad en el arco, comenzaron su amistad que se volvió entrañable.

Entre los detalles de su amistad, la Tota, recordaba que dejaba la portería en pleno partido y se iba a escribir canciones de amor, que estaba destinado para la música, lo describe como muy bueno para escribir canciones, pero con poco talento para la portería.

“A todos lados llegaba silbando sus propias melodías y escribiendo canciones en pedazos de papel”.

La vida los llevó por caminos muy distintos, aunque ambos lograron cumplir sus sueños y convertirse en leyendas. Años después se volvieron a encontrar justo el día que cantó “Caminos de Guanajuato” en una cantina de hotel, después de un partido.