La Fiera disputa una final más en la Liga MX y para calentar los ánimos previo al choque entre Club León y Atlas, los seguidores verdiblancos abarrotaron las inmediaciones del Estadio Nou Camp para organizar una ferviente recepción a su equipo.
Pese a que el primer asalto entre Esmeraldas y La Academia se programó a las 21:00 hrs, desde el mediodía las playeras verdes, blancas o las alternativas en amarillo y negro lucieron en el Centro Histórico y las inmediaciones del recinto dos veces mundialista.
⬇️ Dale clic aquí ⬇️
Club León busca un nuevo título y la grey felina acudió a su fortaleza para atrincherarse en la tribuna o vivir la emoción desde fuera, en esta ocasión la sala del hogar, la barra del bar, en la pica o el taller se volvió una extensión del Estadio Nou Camp.
Con o sin boleto digital, los aficionados iniciaron su juego previo al silbatazo inicial con la realización del llamado ‘Pasillo Siempre Verdes’ en el que centenares de banderas ondeaban en espera de la plantilla verde.
La murga despertó las pasiones y calentó las gargantas en un rugido al unísono entre aficionados e integrantes del grupo de animación Los De Arriba. Pequeños y grandes agitaron las manos y aplaudieron al son de los platillos, los bombos y las trompetas.
Para mayor control de la marea verde que inundó la explanada del Estado León, se instalaron vallas metálicas, barrera que no separó a los seguidores felinos que cuyo cántico de batalla se entonó previo al silbatazo inicial “¡Hoy hay que ganar, hoy a que ganar verdiblanco!”, fue el conjuro lanzado por cientos.
Las sirenas de patrullas y oficiales en motocicletas advirtieron la aproximación del famoso ‘Fierabus’, una vez que las unidades entraron al pasillo la humareda se hizo presente anunciando la llegada de La Fiera. Bengalas verdes iluminaron el camino de Ariel Holan y su equipo hasta que ingresaron al estadio.
Arribado el plantel verdiblanco a casa, la multitud corrió a las filas para ingresar al también llamado El Glorioso. Ya en la tribuna, el cubil verdiblanco se cimbró al grito de “¡Sale León, sale, sale León!”, mismo que se engalanó con un mosaico verde y blanco, colosal obra que se gestó gracias a que en cada butaca había pedazos con los colores históricos de la institución cuerera.