Cuando pierdes cinco juegos de local en un torneo, pocas aspiraciones de liguilla puedes tener. Esta noche León sumó su quinto descalabro en casa, en el Apertura 2018, siendo goleado 4 a 0 por Puebla.
El equipo de La Franja hizo lo suyo, fue el menos culpable de que los esmeraldas lucieran inoperantes y desfondados. Dos de Tabó, uno de Micolta y otro de Acuña, resultaron suficientes para que los poblanos volvieran a ganar en el Nou Camp, algo que no hacían desde 2013.
Muy probablemente la fiesta grande se la ha escapado al León. Puebla aun mantiene la velita prendida, sin embargo con triunfos como este, el cuadro camotero cumple.
EL PARTIDO
Puebla prácticamente lo acabó resolviendo en 45 minutos, dos opciones francas y ambas las concretó, efectividad tremenda por parte de los de la Angelópolis. León mientras tanto tuvo una primera mitad oscura, tétrica, donde las ideas simplemente no fluyeron.
Jugada de tres toques rebasando el medio campo, en el primer tanto camotero. De Cavallini para Fernández, luego el colombiano sirvió por derecha y en el área apareció de “palomita” Christian Tabó. La visita estaba sometiendo a una Fiera irreconocible.
De poco le servía al equipo de Nacho Ambriz tener el control del esférico, mucho toque lateral, pero de verticalidad nada, así las cosas se le facilitaron a los del “Profe” Meza.
El central del juego Jorge Rojas vio una falta dentro del área de Loroña sobre Boselli, sin dudarlo apuntó hacia el manchón penal, pero luego el VAR echó para atrás la decisión.
León se condenó desde sector defensivo, floja salida que ganó Tabó y el atacante charrúa sólo tuvo que tocar con frialdad ante la salida de Yarbrough para clavar el segundo.
El colombiano Yairo Moreno se convirtió en el primer movimiento de Ambriz. Era buscar echar toda la carne al asador, encontrar el desequilibrio que Meneses no estaba dando, ni por izquierda, ni después por derecha, luego de intercambiar banda con Calero.
No pasó mucho tiempo para que los esmeraldas comenzaran el bombardeo sobre la cabaña de Vikonis. Puebla así lo quiso, entregó la pelota sabedor que la ventaja era suficiente como para esperar en propio terreno y luego intentar salir al contragolpe a través de Cavallini y Micolta, quien había tomado el lugar de Tabó.
El tercero de Puebla fue lapidario, propiciado por un error de William que perdió la pelota con Cavallini. El susodicho Micolta lo hizo con el arco totalmente abierto y todavía Francisco Acuña empujó el cuarto, ya sobre los 90 minutos cumplidos.
Al final la afición leonesa no se la perdonó a su equipo y mucho menos al paraguayo Walter González, el hombre de la polémica a media semana. Sonora rechifla de despedida.