León, Gto.- En muchos rubros, el futbol mexicano atraviesa por una época de vacas flacas y uno de esos es la asistencia a los estadios, donde el Club León ya se ha visto mermado con varias entradas por debajo de la media y que, anteriormente, desde el ascenso en 2012, no se habían registrado.
¿Calidad del espectáculo? ¿Nivel de plantillas? ¿Un benévolo sistema de competencia que al calificar a 10 de 18 participantes fomenta la mediocridad? ¿Experiencia y servicios para los espectadores en los inmuebles? ¿Precios elevados en boletos?
Todos los cuestionamientos anteriores por supuesto que pueden ser factores para que hoy en día el público haya decidido alejarse de los recintos del balompié mexicano; sin embargo, también es una realidad que cada plaza tiene sus diferentes características o problemas que, incluso, atañen a cuestiones de seguridad, donde el público ya no se siente cómodo o con la confianza necesaria de acudir a un estadio con la mayoría de la familia.
Actualidad de la "Guarida"
El Estadio Nou Camp o Estadio León ha envejecido, al grado de ya no ser tan funcional, pese a contar con una envidiable ubicación, sobre la principal arteria vial de la ciudad, que es el bulevar Adolfo López Matos, dentro de la mancha urbana y prácticamente absorbido por lo que se conoce como Distrito León MX, una zona donde se cuenta con el Poliforum, la Velaria de la Feria, el Centro de Espectáculos o Palenque, Centro de Ciencias Explora y colindando con el Teatro del Bicentenario y el Forum Cultural.
Pero de todos estos espacios, sin duda alguna el apodado “glorioso” ya es la instalación que se ha quedado rezagada en el tiempo, recordando que el Nou Camp fue inaugurado el 1 de marzo de 1967.
Es cierto, la casa de los Esmeraldas cuenta con una enorme tradición, ha visto un par de Campeonatos Mundiales, los de 1970 y 1986, aunado al Mundial Juvenil de 1983 y su empastado ha sido pisado por grandes glorias del futbol internacional, quizás por las dos más importantes, Edson Arantes do Nascimento “Pelé” y Diego Armando Maradona.
Tristemente, el tiempo no perdona, aunque en el marco del 80 aniversario del club, Grupo Pachuca ha apostado por realizar una fuerte inversión al remodelar las instalaciones, esto ante el plan fallido de tener otro estadio, el cual hasta fue presentado en 2018.
En pocos meses, la casa de La Fiera gozará de nuevo sistema de alumbrado robótico, presumirá sonido y pantalla con la más alta tecnología, además de que la fachada también cambiará, al igual que los sanitarios, que es en lo que se ha trabajado por delante. Cabe destacar que una de las asignaturas pendientes será el estacionamiento, el cual dejó de operar para el público en general después de la pandemia.
Asistencias intermitentes
En lo que va del Clausura 2024, la “guarida” ha recibido a 104 mil 165 aficionados a lo largo de seis encuentros, esto según los números registrados por la Liga MX.
En la jornada dos, se contabilizaron 13 mil 279 contra Pachuca, luego en la cuatro ante Necaxa fueron 19 mil 930, en la cinco frente a Santos acudieron 18 mil 129, contra Cruz Azul en la nueve se anunciaron 21 mil 585, en la nueve ante Atlético de San Luis se sumaron 13 mil 297 y en la 11 frente al bicampeón América los números resultaron raquíticos, tomando en cuenta el rival en turno, siendo 17 mil 945 almas en la tribuna.
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De manera que, con un aforo registrado de 31 mil 297 aficionados, en dos partidos no se tuvo ni el 50% de la capacidad del inmueble, ante Tuzos y San Luis, mientras que solo en una oportunidad se estuvo por encima de la barrera de los 20 mil espectadores que fue contra La Máquina, justo en el debut de Eduardo “Toto” Berizzo como timonel. El resto han sido entradas regulares, discretas, por no decir malas, cuando en torneos pasados, o al menos de 2019 a 2023, León no bajaba de los 20 mil espectadores por duelo en casa.
Atlas, Querétaro y Mazatlán FC son los siguientes adversarios que los verdiblancos recibirán, equipos que no son los más taquilleros, por lo que no se espera o no se puede vaticinar que las cifras anteriormente mencionadas vayan a la alza, mucho menos si el cuadro felino sigue situado en los puestos sotaneros y lejos de la fiesta grande.