León, Guanajuato; 26 de Mayo del 2019.- Honor a quien honor merece. En una gráfica que se está volviendo habitual en el futbol mexicano, los Tigres celebraron otro título.
Después de un agregado de cinco minutos, César Ramos se llevó el silbato a la boca y pitó el final. Las celebraciones y gritos de júbilo que se escuchaban en un rincón de la Puerta 10, contrastaban con el resto del Estadio Nou Camp que fue enmudecido.
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Los Tigres del “Tuca” Ferretti se aproximaron con su gente y ahí festejaron su séptima conquista. Tras recibir el trofeo, elementos como Gignac, Carioca, Guzmán, Damm y Aquino, salieron disparados hacia donde se encontraban los aficionados universitarios y a todos ellos les brindaron la copa.
Y como en toda final, la otra cara de la moneda, la tristeza y frustración fue evidente en los jugadores esmeraldas, quienes apenas agradecieron a sus seguidores y rápidamente se dirigieron al vestidor, aunque eso sí, arropados por los gritos de ¡León, León!.
La celebración fue otra, no la que la parcialidad esperaba. Para Tigres el levantar el título, posar con el trofeo y dar la vuelta olímpica, ya es cosa de cada año.