León, Guanajuato; 7 de marzo del 2019.- Que importa que fuera día laboral, perderse el Shakedown del Rally Guanajuato México no era opción.
Fue apenas la primera probadita de tierra y el show a cuatro ruedas ya valió la pena.
Así que desde temprano, incluso antes de que aparecieran los primeros rayos del sol, los fieles seguidores al rallismo en el país, incluso hasta extranjeros, buscaron la mejor posición para ver el furioso y estruendoso paso de los autos del Campeonato Mundial de Rallies (WRC), que vive su tercera fecha del calendario en suelo “guanajua”.
Ir al rally, pero sobretodo subir a una etapa representa para algunos todo un ritual, es colocarse el mejor calzado para desafiar un terreno sinuoso, gorra o sombrero que ayuden sortear los rayos del sol y una o más cervezas bien frías para aplacar la sed.
Pero nada como escuchar el rugir de los motores, el del Citroën C3 del campeón mundial Sebastien Ogier, el consentido de la afición, o el del i20 Coupé del belga Thierry Neuville.
Por su organización, por sus escenarios, por lo complejo de sus caminos, por todo el folclor y la calidez de su gente, no hay duda de que el Rally México es único.19.- Que importa que fuera día laboral, perderse el Shakedown del Rally Guanajuato México no era opción.
Fue apenas la primera probadita de tierra y el show a cuatro ruedas ya valió la pena.
Así que desde temprano, incluso antes de que aparecieran los primeros rayos del sol, los fieles seguidores al rallismo en el país, incluso hasta extranjeros, buscaron la mejor posición para ver el furioso y estruendoso paso de los autos del Campeonato Mundial de Rallies (WRC), que vive su tercera fecha del calendario en suelo “guanajua”.
Ir al rally, pero sobretodo subir a una etapa representa para algunos todo un ritual, es colocarse el mejor calzado para desafiar un terreno sinuoso, gorra o sombrero que ayuden sortear los rayos del sol y una o más cervezas bien frías para aplacar la sed.
Pero nada como escuchar el rugir de los motores, el del Citroën C3 del campeón mundial Sebastien Ogier, el consentido de la afición, o el del i20 Coupé del belga Thierry Neuville.
Por su organización, por sus escenarios, por lo complejo de sus caminos, por todo el folclor y la calidez de su gente, no hay duda de que el Rally México es único.