Las bibliotecas públicas se han enfrentado a uno de los escenarios más complicados de su historia reciente, no solo porque tuvieron que cerrar sus puertas por la crisis sanitaria del Covid-19, sino también por los ajustes presupuestarios que han tenido desde que llegó el actual gobierno.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la Dirección General de Bibliotecas (DGB) que agrupa poco más de siete mil estancias, para este año contará con un presupuesto de 217.58 millones de pesos, un incremento de apenas 3.71 por ciento en términos nominales y respecto de 2022.
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Si bien este año, la DGB tendrá un aumento presupuestario, esta cantidad está por debajo de los 270.99 millones de pesos que se registraron en 2018 y de los 249.43 millones de pesos que recibieron en 2019, es decir, antes de la pandemia de Covid-19.
Para la Vasconcelos, una de las bibliotecas más representativas y visitadas de la Ciudad de México, estos ajustes presupuestarios se han ido sorteando con eventos culturales como ferias del libro, performance y obras de teatro que se realizan en sus instalaciones, comenta su director, José Mariano Leyva Pérez Garay.
“Se anunciaron varios recortes después de la pandemia inevitablemente, pero puedo decir que el año de recortes más fuerte fue el 2022. Este año se abrió más, pero tenemos tal oferta de grupos artísticos que quieren presentarse en la Vasconcelos que no padecemos el tema de recortes”, dijo a El Sol de México.
Leyva Pérez Garay menciona que en el caso de la Vasconcelos, uno de los mayores gastos que realizan es por el mantenimiento de las instalaciones de tres edificios con seis pisos cada uno y del cuidado del acervo bibliográfico que consta de 600 mil libros clasificados.
El también director de la Biblioteca México comenta que un aspecto que sí le genera preocupación no solo en lo presupuestario, sino también por el espacio es lo referente al depósito legal de libros, pues cada mes reciben en promedio alrededor de tres mil nuevos títulos que deben almacenar en las bibliotecas y por tanto retirar otros ejemplares.
“Va a ser un gran reto, especialmente por el espacio, porque son un montón de libros que están llegando. Pero, a pesar de los recortes naturales de la pandemia, estamos bastante bien”.
Pese a tener cada mes esta cifra de nuevos ejemplares, el director de la Vasconcelos comparte que el libro que más solicitan las personas es el libro de Álgebra de Baldor, incluso “siempre está en lista de espera”.
Ello se debe a que la Vasconcelos tiene un gran número de visitantes que son estudiantes de secundaria, preparatoria y universidad, por lo que solicitan mayormente libros académicos; mientras que en la Biblioteca México, se solicitan más libros de Derecho porque justamente se ubica en donde están los tribunales y juzgados.
De acuerdo con el directivo, el nivel de asistencia en la Vasconcelos se ha ido recuperando. Antes de la pandemia recibían entre seis mil y ocho mil personas al día; y después de la pandemia, el máximo que han tenido de asistentes es de cinco mil 800 personas.
“Después de la pandemia, empezamos a tener una apertura paulatina y lo hicimos a partir de eventos culturales para que la gente se animara a venir y con ello agarramos ritmo, es cuestión de tiempo de llegar a los mil u ocho mil visitantes”.
Para el directivo las personas que visitan las Vasconcelos no es solo con el fin de ir a sentarse y leer un libro, sino también muestran interés por los eventos culturales o simplemente vienen a caminar a las jardineras, pues muchas veces por donde viven no hay espacios de áreas verdes.
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“En el último censo que hicimos, los fines de semana alrededor del 70 por ciento de los usuarios que tenemos son del Edomex, eso es un asunto fortuito que nadie planeó y es porque la gente busca estos espacios como forma de entretenimiento”.
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