/ jueves 30 de abril de 2020

"El Caifán Mayor significa un hogar seguro", adiós a Óscar Chávez

Así es como recordamos al famoso cantautor, quien falleció hoy a los 85 años de edad tras haber estado hospitalizado

Hoy ha sido un día muy nostálgico. Abrí el álbum de fotos y recordé mi infancia. Justo pensaba que esos tiempos tienen música de Miguel Ríos, Mercedes Sosa y Óscar Chávez, la música de mis padres, sobre todo Chávez de mi padre.

El Caifán Mayor para mí significa una hogar seguro.

Recuerdo que lo poníamos para limpiar la casa, de fondo "Hasta siempre" y yo le preguntaba a mi padre quién era Ché Guevara, y él me decía "alguien valiente con un mal final". Después me escondía entre los sillones para leer mientras mi familia seguía con la limpieza de ventanas.

En aquellas memorias también está mi madre explicándome lo que era la marihuana y por qué hacía cantar a las ranas, también lo que era la química-retórica-botánica luego de que yo no dejara de tararear "La Mariana"; el sistema decimal me lo explicaba mi padre, supongo se le daba mejor por ser economista.

De aquellos momentos que tengo con mi abuela paterna tengo muy presente escucharla reír con "El tango alegre", entre divertida y conmovida, por la serie de desgracias que vivió el hombre que era manco, cojo y jorobado. Recuerdo también a mi hermano enamorado dedicando "Fuera del mundo" y que la chica no recibió la canción con gran entusiasmo. Lo mismo pasó cuando se me ocurrió dedicar "Por ti". La razón de nuestro desamor: escuchar 'música de viejitos'.

Nuevas canciones llegaban, pero Chávez siempre tuvo su lugar especial en el mueble de madera donde poníamos los casetes, y cuando era necesario recurríamos a él, a la trova.

Mis padres eran más de acciones que de palabras, nos enseñaron a sentarnos en el patio a ver las nubes, a contemplar el tiempo, a darle "Gracias a la vida" por los pequeños detalles. No sé cómo, pero nos metieron la música hasta los huesos. Eso era el hogar, y eso se quedó muy grabado.

oNIbO-XcRLY

En mi primera decepción amorosa me puse a aullar "Nunca jamás" como si la vida se me acabara ahí, un drama de momento quizá, pero sólo necesitaba una canción que me acompañara, como tantas veces. Me recuerdo, por allá del 2013, con una depresión muy severa llorando todas las madrugadas con "Maldigo del alto cielo", y aunque es de Violeta Parra, a mí las lágrimas se me salían con Óscar. Quise leer "Cien años de soledad" por su música, y se terminó volviendo de mis libros favoritos, igual me acerqué a José Martí por "La niña de Guatemala".

Chávez me orientó mucho en la literatura latinoamericana, y a reconocerme soñadora a veces. Admito que en mis momentos románticos me siento en la ventana con la idea de cantarle a alguien "Quiero queriendo" y "Flor de Azalea".

Creo que es válido llorarle a artistas. Hoy me siento triste por la noticia, pero agradecida por tener tantos recuerdos enmarcados con su música, buenos y malos, que me inspiran incluso, como el himno a Allende en esa gran voz. Óscar Chávez dejó mucho. Hoy está fuera del mundo, pero sus canciones y su fuego revolucionario se quedan en las raíces de esta tierra, y sobre todo en mis recuerdos de la niñez.

"Tus hazañas son extrañas, y tú amor no tiene fin..."

Ver esta publicación en Instagram

"Dónde vas Román Castillo, dónde vas" Hoy ha sido un día muy nostálgico. Abrí el álbum de fotos y recordé mi infancia. Justo pensaba que esos tiempos tienen música de Miguel Ríos, Mercedes Sosa y Óscar Chávez, la música de mis padres, sobre todo Chávez de mi padre. El Caifán Mayor para mí significa una hogar seguro. Recuerdo que lo poníamos para limpiar la casa, de fondo "Hasta siempre" y yo le preguntaba a mi padre quién era Che Guevara, y él me decía "alguien valiente con un mal final", después me escondía entre los sillones para leer mientras mi familia seguía con la limpieza de ventanas. Recuerdo a mi madre explicándome lo que era la marihuana y por qué hacía cantar a las ranas, también lo que era la química-retórica-botánica luego de que yo no dejara de tararear "La Mariana"; el sistema decimal me lo explicaba mi padre, supongo se le daba mejor por ser economista. De los pocos recuerdos que tengo con mi abuela paterna es escucharla reír con "El tango alegre", entre divertida y conmovida por la serie de desgracias que vivió el hombre que era manco, cojo y jorobado. Recuerdo a mi hermano enamorado dedicando "Fuera del mundo" y que la chica no recibió la canción con gran entusiasmo, lo mismo me pasó cuando se me ocurrió dedicar "Por ti". Eso nos pasaba por escuchar 'música de viejitos'. Me recuerdo a mí misma por allá del 2013 con una depresión muy severa llorando todas las madrugadas con "Maldigo del alto cielo", y aunque es de Violeta Parra, a mí las lágrimas se me salían con Óscar. Quise leer "Cien años de soledad" por su música, y se terminó volviendo de mis libros favoritos, igual me acerqué a José Martí por "La niña de Guatemala". Chávez me orientó mucho en la literatura latinoamericana, y a reconocerme soñadora a veces. Admito que en mis momentos románticos me siento en la ventana con la idea de cantarle a alguien "Quiero queriendo" y "Flor de Azalea". Creo que es válido llorarle a artistas. Hoy me siento triste por la noticia, pero agradecida por tener tantos recuerdos enmarcados con su música, buenos y malos, que me inspiran incluso, como el himno a Allende en esa gran voz. Óscar Chávez dejó mucho.

Una publicación compartida por Aang Lu (@kashmir1892) el

Hoy ha sido un día muy nostálgico. Abrí el álbum de fotos y recordé mi infancia. Justo pensaba que esos tiempos tienen música de Miguel Ríos, Mercedes Sosa y Óscar Chávez, la música de mis padres, sobre todo Chávez de mi padre.

El Caifán Mayor para mí significa una hogar seguro.

Recuerdo que lo poníamos para limpiar la casa, de fondo "Hasta siempre" y yo le preguntaba a mi padre quién era Ché Guevara, y él me decía "alguien valiente con un mal final". Después me escondía entre los sillones para leer mientras mi familia seguía con la limpieza de ventanas.

En aquellas memorias también está mi madre explicándome lo que era la marihuana y por qué hacía cantar a las ranas, también lo que era la química-retórica-botánica luego de que yo no dejara de tararear "La Mariana"; el sistema decimal me lo explicaba mi padre, supongo se le daba mejor por ser economista.

De aquellos momentos que tengo con mi abuela paterna tengo muy presente escucharla reír con "El tango alegre", entre divertida y conmovida, por la serie de desgracias que vivió el hombre que era manco, cojo y jorobado. Recuerdo también a mi hermano enamorado dedicando "Fuera del mundo" y que la chica no recibió la canción con gran entusiasmo. Lo mismo pasó cuando se me ocurrió dedicar "Por ti". La razón de nuestro desamor: escuchar 'música de viejitos'.

Nuevas canciones llegaban, pero Chávez siempre tuvo su lugar especial en el mueble de madera donde poníamos los casetes, y cuando era necesario recurríamos a él, a la trova.

Mis padres eran más de acciones que de palabras, nos enseñaron a sentarnos en el patio a ver las nubes, a contemplar el tiempo, a darle "Gracias a la vida" por los pequeños detalles. No sé cómo, pero nos metieron la música hasta los huesos. Eso era el hogar, y eso se quedó muy grabado.

oNIbO-XcRLY

En mi primera decepción amorosa me puse a aullar "Nunca jamás" como si la vida se me acabara ahí, un drama de momento quizá, pero sólo necesitaba una canción que me acompañara, como tantas veces. Me recuerdo, por allá del 2013, con una depresión muy severa llorando todas las madrugadas con "Maldigo del alto cielo", y aunque es de Violeta Parra, a mí las lágrimas se me salían con Óscar. Quise leer "Cien años de soledad" por su música, y se terminó volviendo de mis libros favoritos, igual me acerqué a José Martí por "La niña de Guatemala".

Chávez me orientó mucho en la literatura latinoamericana, y a reconocerme soñadora a veces. Admito que en mis momentos románticos me siento en la ventana con la idea de cantarle a alguien "Quiero queriendo" y "Flor de Azalea".

Creo que es válido llorarle a artistas. Hoy me siento triste por la noticia, pero agradecida por tener tantos recuerdos enmarcados con su música, buenos y malos, que me inspiran incluso, como el himno a Allende en esa gran voz. Óscar Chávez dejó mucho. Hoy está fuera del mundo, pero sus canciones y su fuego revolucionario se quedan en las raíces de esta tierra, y sobre todo en mis recuerdos de la niñez.

"Tus hazañas son extrañas, y tú amor no tiene fin..."

Ver esta publicación en Instagram

"Dónde vas Román Castillo, dónde vas" Hoy ha sido un día muy nostálgico. Abrí el álbum de fotos y recordé mi infancia. Justo pensaba que esos tiempos tienen música de Miguel Ríos, Mercedes Sosa y Óscar Chávez, la música de mis padres, sobre todo Chávez de mi padre. El Caifán Mayor para mí significa una hogar seguro. Recuerdo que lo poníamos para limpiar la casa, de fondo "Hasta siempre" y yo le preguntaba a mi padre quién era Che Guevara, y él me decía "alguien valiente con un mal final", después me escondía entre los sillones para leer mientras mi familia seguía con la limpieza de ventanas. Recuerdo a mi madre explicándome lo que era la marihuana y por qué hacía cantar a las ranas, también lo que era la química-retórica-botánica luego de que yo no dejara de tararear "La Mariana"; el sistema decimal me lo explicaba mi padre, supongo se le daba mejor por ser economista. De los pocos recuerdos que tengo con mi abuela paterna es escucharla reír con "El tango alegre", entre divertida y conmovida por la serie de desgracias que vivió el hombre que era manco, cojo y jorobado. Recuerdo a mi hermano enamorado dedicando "Fuera del mundo" y que la chica no recibió la canción con gran entusiasmo, lo mismo me pasó cuando se me ocurrió dedicar "Por ti". Eso nos pasaba por escuchar 'música de viejitos'. Me recuerdo a mí misma por allá del 2013 con una depresión muy severa llorando todas las madrugadas con "Maldigo del alto cielo", y aunque es de Violeta Parra, a mí las lágrimas se me salían con Óscar. Quise leer "Cien años de soledad" por su música, y se terminó volviendo de mis libros favoritos, igual me acerqué a José Martí por "La niña de Guatemala". Chávez me orientó mucho en la literatura latinoamericana, y a reconocerme soñadora a veces. Admito que en mis momentos románticos me siento en la ventana con la idea de cantarle a alguien "Quiero queriendo" y "Flor de Azalea". Creo que es válido llorarle a artistas. Hoy me siento triste por la noticia, pero agradecida por tener tantos recuerdos enmarcados con su música, buenos y malos, que me inspiran incluso, como el himno a Allende en esa gran voz. Óscar Chávez dejó mucho.

Una publicación compartida por Aang Lu (@kashmir1892) el

Local

¡Vive la magia de la Navidad en León! Conciertos, teatro y diversión para todos

Disfruta la temporada navideña con una agenda llena de arte y cultura

Local

Chayanne gratis en la Feria de León 2025: guía completa para disfrutar del concierto

Aquí te decimos cómo llegar, dónde hospedarte y cómo disfrutar la Feria de León 2025 y del concierto gratuito de Chayanne

Local

El FIG 2024 atrae a 400 mil personas y deja derrama económica de 800 mdp en León

La edición 23 del Festival Internacional del Globo logró superar todas las expectativas con miles de asistentes, la mayoría de ellos foráneos

Local

La solución a violencia contra mujeres no es catalogar todo como feminicidio: Verónica Cruz

La activista de la asociación Las Libres señala que la solución está en políticas públicas de prevención y en combatir las violencias estructurales de género, no solo en cargar la responsabilidad a la Fiscalía

Local

“Tubería Morada” el proyecto innovador para el agua del futuro en León

León implementa nanotecnología en el tratamiento de agua con la “Tubería Morada”