La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio sin duda saben cómo encender al público. En cuanto Solín comenzó a sonar en el Zócalo de la Ciudad de México, tras el saludo a México Tenochtitlan que hizo la agrupación, el piso vibró como si una estampida sin control estuviera pasando por ahí.
Y es que los fans ya estaban ansiosos de escucharlos, pues tras calentar motores con sus invitados, provenientes de la región de Comcáac, Sonora, ya estaban ansiosos por escuchar a la agrupación liderada por Roco Pachucote.
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Temas como Bailando, Los agachados y Quinto patio ska conformaron el repertorio que fue escuchado por 110 mil personas que se dieron cita desde las primeras horas de la tarde en el primer cuadro de la ciudad.
María Elena Ríos, invitada de honor
Reconociendo el poder de las mujeres, Roco Pachucote señaló que "todos tenemos energía femenina que despierta la verdadera protección de lo que hacemos. Por eso queremos invitar a una hermana que ha demostrado que la música es la mejor energía para combatir toda negatividad".
Entre aplausos, la saxofonista María Elena Ríos, sobreviviente de un ataque con ácido en septiembre de 2019 y una ya conocida y amiga de la agrupación. La artista los acompañó durante el tema Mujeres, que estuvo acompañado por imágenes de figuras como Tongolele, Elena Poniatowska y Frida Khalo que aparecieron en las pantallas.
Mientras sonaba El tieso y la negra Soledad, una ligera llovizna parecía amenazar la fiesta, pero como si hubiera hecho una tregua previa con los fans, se quitó a los pocos minutos y les permitió continuar el evento sin mojarse.
Con un emotivo discurso, donde invitó a todos los presentes a recordar a sus seres queridos que ya partieron de este plano, Roco recordó a su ex compañero Sax, quien falleció el año pasado, y a quien dedicaron el tema La martiniana.
Su sobrino, Gus Cervantes, representó a la familia al acompañar a la banda en la recta final del concierto, hecho que fue celebrado por todos los presentes con aplausos y saltos que hacían vibrar el piso cada vez más fuerte.
Con Pachuco el slam volvió a encender el lugar, pero el público no están listo para dejarlos ir. Al grito de Kumbala, Kumbala pedían que les concedieran el gusto de escuchar ese tema.
"Gracias por su apoyo y ser dueños de nuestra música", dijo Roco, antes de interpretar El cocodrilo y Kumbala.
Los servicios médicos, a la orden del día
La emoción fue demasiado para algunos fans que, al sentirse sofocados en el slam, solicitaban el apoyo del personal de seguridad y paramédicos, para saltar las vallas y abandonar el tumulto.
Incluso desde antes que iniciara formalmente el concierto, al menos seis personas presentaron cuadros de mareo y deshidratación, pero rápidamente fueron atendidas por elementos del ERUM.
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