Con la mano izquierda arriba enfundada en un guante blanco para marcar el alto, su gorra de plato que combina perfecto con su saco lleno de botones adornado además con una corbata que acomodó en el último botón de su camisa café, es la imagen que el gobierno de León utilizó del agente de tránsito Roberto Bernal Guzmán, mejor conocido como “El Elegante” como parte de una campaña vial en los años 80.
La imagen del tránsito que cedía el paso a los peatones de una forma artísticamente única está en los pasillos de la que fue su casa, con un resto de reconocimientos e imágenes como la que la corporación le tomó como lo hace con todos los elementos de la corporación.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
El primero de septiembre del 2022 cumplió 30 años de fallecido y sus familiares lo recordaron con una misa, pues no hay información resguardada en las fuentes oficiales de uno de los hombres más famosos de la historia de León las últimas décadas del siglo pasado. El cronista vitalicio de la ciudad, Luis Alegre lo recordó en las calles del centro por sus movimientos artísticos.
El Sol de León buscó a su familia y fue atendido por una de sus hijas que vive en Houston, pero está de visita en la ciudad zapatera, Irma Bernal Villagómez, la mayor que el “El Elegante” tuvo con su esposa doña Natalia quien también conmemoró a su esposo fallecido.
“Mi papá inició ahí, pero no directamente en Tránsito, estuvo casi dos años en la Policía Municipal, pero realmente no era lo que él quería porque decía que era muy difícil aparte del peligro, era más riesgoso, entonces él duró muy poco y de ahí fue que entró a Tránsito, le gustaba mucho porque mi papá era demasiado sociable, era una persona que le gustaba platicar mucho con la gente”, dijo.
“El Elegante” también fue reconocido por la Cámara del Comercio de aquel entonces y salió en el periódico por su forma peculiar de trabajar, incluso, una persona de los Estados Unidos lo grabó y el video se reprodujeron en las salas de cine de aquel país y en los noticieros, según contó Mario Alberto Bernal, otro de los hijos del tránsito.
“La gente se detenía para verlo. Una persona de Estados Unidos lo estuvo grabando y esa grabación la pasaron allá en salas de cine como noticiarios porque esa persona creía que era único haciendo su trabajo”, comentó.
Roberto Bernal era originario de una localidad de San Felipe Torres Mochas conocido como San Juan de Llanos, nació en 1915 y llegó a León a los 9 años de edad, siendo el segundo de una familia de 10 hermanos.
Su papá era campesino y Roberto no siguió esos pasos, pues estando en León, la mayor parte de su vida se dedicó a la fabricación de zapatos, hasta que a los 51 años ingresó a la corporación de Tránsito, primero como elemento de la Policía. Antes, a los 42 años se casó con la esposa que lo vio morir y con quien tuvo 11 hijos
Natalia Villagómez, su esposa, recordó la amabilidad con la que se caracterizaba su esposo y el amor que la sociedad leonesa le tenía hasta el último día de su vida donde lo acompañaron cientos de personas a darle el último adiós, de eso también hay un recuerdo en el periódico.
“¿Qué le puedo decir? Muchos recuerdos de él, sobre todo como él era una persona muy atenta con todo el público, con el personal sobre todo, los compañeros de trabajo, ahí según he oído muchos compañeros de los que estuvieron trabajando ahí en la temporada que estuvo trabajando lo estimaban mucho”, comentó.
Su primera hija dijo que su papá nunca llegaba sin algo a su casa, siempre llevaba algo para comer y tal y como era con la demás gente era con su familia, esposa e hijos.
“Mi papá era una persona que como era en la calle era con su familia, era una persona que por lo menos en esta comunidad donde vivimos estuvo implicado en todos los servicios, él siempre fue una persona que quería que todo mundo tuviera lo que necesitaba y a consecuencia de eso fue que lo perdimos porque cuando empezamos a vivir aquí nos venimos a una casita que apenas estaba en obra negra, entonces tenemos aquí alrededor de 60 años y mi papá era una persona dada a no vivir en mal estado”, agregó la hija mayor.
Los vecinos de antaño también lo recuerdan, un hombre que está sentando frente a la casa que construyó “El Elegante” para su familia y que casi no escucha dice que fue uno de los pioneros en trabajar para que la colonia el Barrio de Guadalupe tuviera servicios básicos: agua potable, energía eléctrica y por último el drenaje. El Elegante no sólo le entregó su vida a su familia y a los peatones, también a la gente de su colonia a través de la política y los proyectos sociales.