Anteriormente una mujer que enfrentaba la batalla contra el cáncer de mama terminaba con varias cicatrices que la marcaban de por vida, ante ello un grupo de especialistas de la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 48 del IMSS en León ha sido el primer nosocomio del país en implementar el injerto biológico de relleno mamario.
Lupita Albarrán fue diagnosticada con cáncer de mama en fase clínico 1, por lo que hace dos años fue sometida a cirugía para extirparle el tumor de dos centímetros y los doctores hicieron el procedimiento de injerto; hoy este hecho lo destaca como aquel que marcó su vida, pues además de dejar atrás esta enfermedad, su cuerpo no fue mutilado y le permite tener un desempeño normal, como si nada hubiera pasado.
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Yo llegué aquí a la institución no con miedo, con pánico, porque el que te digan que tienes cáncer es sinónimo de que existía la posibilidad de morir; gracias a Dios y a la detección a tiempo de los doctores y de que uno tiene la responsabilidad, porque no solamente es de los médicos, ellos hacen un gran trabajo y una gran labor, el estar día a día trabajando la ciencia, pero también está en nosotras mujeres la responsabilidad de cuidarnos, de checarnos porque no todo el trabajo es de ellos, es un trabajo en equipo
Lupita.
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La mujer es una de las 30 pacientes que desde 2009, que se realizó la primera intervención de este tipo en la UMAE 48, que han podido tener una mejor calidad de vida, pues los mismos especialistas señalan que una mujer que vive o superó el cáncer de mama y que ya no cuenta con esa parte de sus cuerpo puede ser víctima de burlas, discriminación en la sociedad, e incluso depresión.
Trabajo de colaboración por más de 10 años
El doctor Juan Vargas Mancilla, de la división de calidad de la UMAE 48 del IMSS, contó como con la llegada del Instituto Politécnico Nacional a Guanajuato comenzaron con los trabajos de investigación de biotecnología, permitiendo encontrar dos componentes en la sangre humana que permitiría posteriormente beneficiar a las mujeres con cáncer de mama.
Viendo las propiedades que ya estaban descritas desde años atrás de las plaquetas y del fibrinógeno, y con los conocimientos de ingeniería de tejidos y biología molecular es entender cómo funciona, conjuntar todas esas situaciones de investigación, modelarlas y llegar a las concentraciones adecuadas para darle volumen a este gel y luego estudiar el comportamiento biológico de este gel.
Es en una sola cirugía donde se extirpa la lesión de la mama y se realiza la reconstrucción de la misma, permitiendo posteriormente dar continuidad al tratamiento oncológico con quimioterapia o radioterapia, conforme lo indique el médico. Los injertos biológicos de obtienen de las plaquetas y fibrinógeno, componentes de la sangre, que a su vez se obtiene del banco de sangre del instituto, siendo el resultado de la donación voluntaria de familiares o ciudadanos en general.
Por su parte el médico cirujano Marco Tirado indicó que una cirugía para extirpar el tejido dañado y la reconstrucción de la mama puede llevar aproximadamente 30 minutos; ya en el cuerpo de la mujer, el injerto biológico permite que el tejido se regenere y llene ese hueco, similar a lo que sucede en una herida de la piel.
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Víctor Godínez, director de la UMAE 48 destacó que este procedimiento es único en el país y se realiza hasta ahora solamente en este nosocomio, sin embargo, no descartó que un futuro próximo otras clínicas de México lo repliquen. El procedimiento puede realizarse en mujeres que detectan oportunamente el cáncer y se someten a cirugía para retirar los tumores, donde se aprovecha para hacer la reconstrucción, por lo que las mujeres que ya fueron intervenidas no pueden someterse a él.