Por su bajo costo y facilidad al adquirir, el cristal se ha convertido en la sustancia ilícita preferida de los jóvenes y en León a partir de los 10 años comienza su consumo, la cual provoca severos daños mentales.

“Se ha mantenido el consumo de cristal a la alza, sigue en aumento, se promueve más, se consume más, más niños, jóvenes y chicos tienen alcance al cristal y también se está dando el consumo de marihuana más constante, más frecuente, más normalizado por el hecho de que culturalmente y socialmente se acepta y se promueve un poco más; son las dos drogas ilegales que están pegando fuerte entre los jóvenes ahorita en León. De cristal hemos detectado casos de 10, 11 años, niños de edad primaria que ya han probado algunos, son pocos casos, si es alarmante, pero también nos dice que tenemos que hacer mucho más trabajo preventivo y tenemos que impactar más para que los chicos, niños, niñas tengan conciencia del daño, de las consecuencias, de los efectos y que aprendan a decir que no y no enrolarse en el consumo”, comentó José Félix Gómez Calderón, director del Centro de Integración Juvenil de León.

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El descuido de la familia es un factor que incide en el que un joven caiga en las redes de esta droga, por ello la importancia de sensibilizar en lo social y familiar, incluyendo la participación de padres de familia, maestros y cualquier persona en la detección de conductas de riesgo que orillen a una persona en el consumo de esta sustancia.

“Necesitamos mucho como comunidad, en las colonias, en los espacios donde se mueven los chicos, hacer un trabajo preventivo no nada más instituciones como la nuestra, sino la misma institución de donde pertenece el niño, la escuela, en el entorno social, los centros comunitarios, los espacios que te dan opciones, más la suma de la gente de la localidad, de la colonia, los vecinos que se promueva un ambiente de más salud, integración, acompañamiento y orientación en general, que nos hace mucha falta”.

El consumo entre los jóvenes se da en el círculo de amistad, pues son sus amigos quienes los invitan a probar esta sustancia para poder pertenecer a algún grupo social, la cual les gusta y pronto el consumo se hace más frecuente, hasta provocar daños irreparables.

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“Es una droga bastante adictiva, bastante fuerte que desgraciadamente genera una adicción pronta, sobre todo neurológica o física, y en los cerebros de los ‘pubertos’ o adolescentes se vuelve todavía más vulnerables y es más fácil tanto que les genere un daño considerable de consecuencias, si no alarmantes por lo menos de consecuencias de cuidado, aparte de que fácilmente se acostumbran a empezar a consumir sustancias”.

Lamentablemente el consumo de cristal en ocasiones puede llevar a la muerte de la persona, quien se ve involucrado en accidentes o intenta quitarse la vida, pues es una droga que vuelve violento al consumidor; “por accidentes, por intento suicida también hemos sabido que se ha dado en algunos casos estando intoxicadas con alcohol y por consumo de cristas, que se dan muchas conductas violentas que generan daños considerables donde las personas se lastiman a sí mismo o lastiman a otras personas y en algunos casos han puesto en riesgo hasta su vida o la de otras personas; el cristal genera mucha violencia, hacia sí mismo y violencia hacia fuera”.

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Mensualmente, en el Centro de Integración Juvenil se reciben entre 60 y 80 pacientes con algún problema considerable en el consumo de drogas, siendo un 70 a 80% niños, adolescentes y jóvenes; para salir de un problema depende del tiempo consumiendo una sustancia, pues entre más tiempo se sea dependiente, será más difícil abandonar la adicción.