León, Gto.- “Ale Ayúdanos, tenemos frío” fueron las palabras de una familia que vive en la comunidad Noria de Septiembre y apenas tienen un abrigo para cubrirse de las bajas temperaturas.
En la calle Agua Azul en medio de un terreno “chicloso” por el lodo y la lluvia, hay un cuarto de siete metros por cinco metros aproximadamente, en el que vive José Candelario Elizarrarás junto a su esposa y su hija.
En la humilde casa hecha con una base palos así como de tarimas, forrada con lonas y plásticos, el frío cala hasta los huesos, incluso se puede llegar a escuchar el sonido del viento silbar, así como en las montañas y para que lodo no ensucie las sábanas de su cama, en el suelo colocaron pedazos de tapetes.
Para mantener el calor durante la noche, la familia duerme hasta con tres chamarras, pantalón y calcetas, no hay de otra.
Don José, trabaja como guardia de seguridad 24 horas por 24 horas y por la mañana su esposa aún teniendo temperatura y gripe tiene que salir desde muy temprano para ganarse el sustento.
Aunque mucho se ha mencionado que regalan cobijas por parte del Municipio de León, a la familia de José Candelario no le ha llegado el tan ansiado apoyo más que un tinaco que la propia presidenta Alejandra Gutiérrez le regaló.
La familia platicó que está lluvia atípica, se les ha metido en una parte de su casa ya que la otra donde donde se encuentra la habitación y cocina está protegida por una lona en color negro.
“Antes ni tejitas teníamos, pero una vez en el trabajo el patrón quitó las tejas y las estaba rompiendo y yo le dije: no las rompa mejor regálemelas que más falta me hacen a mí”, comentó.
¿CÓMO LE HACEN PARA SOBREVIVIR?
Al preguntar a Don José cómo le hacen para sobrevivir, se mantuvo callado y solo levantó los hombros. Ellos desconocen de programas para personas vulnerables, incluso desconocen de “Médico en tu Casa” a través del cual se atiende a los ciudadanos que no pueden trasladarse a una institución de atención médica, donde el Municipio les proporciona el cuidado directamente en su domicilio.
Este tipo de servicio también les ayudaría a esta familia debido a que no pueden acudir a una institución médica por falta de dinero y aunque tengan frío y estén enfermos salen a trabajar.
“A veces siento cuando el aire me rasguña la espalda por la noche, ya me imagino lo que mi papás sienten al cubrirme a mí”, expresó su hija menor.
El terreno donde vive Don José Candelario junto a su hija y su esposa está lleno de amor y aunque dice que es feliz, su mayor anhelo es tener un hogar digno donde vivir.