León, Guanajuato.- A puerta cerrada y desde el atrio, el arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, dio la bendición por el tradicional Domingo de Ramos en la Catedral Metropolitana de León.
En esta ocasión tampoco hubo vendedores de las palmas que cada año se ponen a las afueras de los templos debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19, pues fue una de las recomendaciones que hizo la Arquidiócesis de León.
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El Domingo de Ramos es el día en que los cristianos conmemoran la entrada de Jesús en Jerusalén y su aclamación como Hijo de Dios.
De acuerdo a la Iglesia Católica es el acontecimiento que marca el fin de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa, tiempo en que se celebra la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Cristo.
Sin embargo en esta ocasión las puertas de la Catedral permanecieron cerradas durante la mañana de este domingo pese a que se había anunciado que estarían abiertas para las personas que quisiera orar de manera temporal.
Alrededor de las 11 de la mañana, el arzobispo salió con la característica tuna roja con dorada y con una palma grande comenzó a dar la bendición desde el interior de la iglesia.
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Algunos feligreses se asomaron por las rendijas de los portones de la Catedral y recibieron la bendición de Cortés Contreras, pero sin palmas y sólo en cuestión de unos minutos.
Esto derivado de las recomendaciones que hicieron las autoridades de Salud de no aglomeraciones de personas para evitar el contagio masivo del coronavirus.