León, Gto.- En “La Hiedra” se la canta y recuerda a José Alfredo Jiménez Sandoval, ahí han llegado sus hijos a disfrutar de un buen tequila para brindar por las enseñanzas que su padre les dejó en vida.
En este bar ubicado en la calle Jalisco con Tabasco en Zona Centro, hay una mesa en el rincón en donde explica parte de la leyenda de la “Cubana” como anteriormente fue conocida.
Juan Carlos Pérez, dueño del bar explicó que para el Festival de José Alfredo Jiménez está como oficial la Cantina Bar La Hiedra en un horario desde la mañana hasta las diez de la noche.
Al estilo de José Alfredo Jiménez, los visitantes se toman su tequila, ron, vodka o mezcal mientras cantan sus canciones, también se les presta un sombrero y un sarape para que se tomen la foto del recuerdo.
La mayoría de los visitantes llegan “exigiendo su tequila y exigiendo su canción” y luego preguntan qué es lo que le gustaba tomar a “El hijo del pueblo”, platicó el dueño de la cantina.
Recordó que su padre le contó que llegó a ir José Alfredo a la cantina y pedía el mejor tequila de aquella época pero también le gustaba ir a conversar.
IDENTIDAD Y AMOR
Si caminas por las calles de Dolores Hidalgo sentirán una extraña sensación de que los años no han pasado, en el rostro de sus habitantes se guarda el amor y el respeto por el cantautor que no sólo hizo famoso a su pueblo sino que nació rodeado “entre la gente que no tiene falsedad” pues el día que falleció en el Jardín Grande dijo en medio de la multitud que salió a saludarlo mientras viajaba en un vehículo verde olivo, “yo quiero que me traigan a mi tierra el día que me muera” y su deseo se cumplió.
Hablar y caminar por sus calles es tener un encuentro con José Alfredo, es reflexionar sobre la forma de interpretar y componer debido a que no ha habido guanajuatense que toque las fibras más sensibles de la piel y que un mundo donde el “hombre no debe llorar” ha hecho que este derrame lágrimas al cantar cada estrofa de sus canciones.