En la noche cuando muchas personas salen de trabajar y visitan el jardín del barrio de San Juan de Dios, algunos tienen el privilegio de escuchar una voz muy especial, con matices que literalmente “enchina” la piel. Es Luz Edith Hernández, una joven invidente que acompañada de su familia y una pequeña grabadora, interpreta diversos temas para apoyarse económicamente, debido a que son de escasos recursos.
Después de un rato de platicar con ellas, su mamá Luisa Huerta Rodríguez comentó que desde que Luz tenía dos años y medio, los médicos le diagnosticaron retinoblastoma, cáncer en las córneas, y sólo le daban 15 días de vida.
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En ese tiempo ella trabajaba y dejaba a Luz en la guardería, donde contó que una maestra le dio unas cápsulas supuestamente que lograron que el cáncer se encapsulara y después cuando la llevó al médico, quien le dijo que ya no tenía la enfermedad sólo secuelas.
Luz habla poco y es muy tímida, pero al cantar se olvida de todo, es una habilidad que ella y su mamá descubrieron desde que era muy pequeña, estaba en la guardería, y que ahora impresiona a propios y extraños en la calle.
La joven recordó que en una ocasión su mamá le pidió que cantara en una placita de San Miguel, donde viven. Ella cautiva a más de alguno debido a las múltiples emociones que transmite a través de la voz.
“Como yo nací sin vista, creo que el canto es un don que Diosito me regaló; me inspira cantar porque me siento contenta, alegre”, comentó.
A Luz le gusta cantar en especial temas románticos y de todo un poco, aunque sus favoritos son Maluma, Alicia Villarreal y el grupo Firme.
No tiene bastón por falta de dinero
La jovencita de 17 años quiere ser abogada, y lo único que puede leer en Brayle es en los paraderos de la Oruga. Siempre sale con su familia por temor a sufrir algún accidente o perderse.
“Buscamos un bastoncito, pero ya ve la situación económica que hay ahorita y mis papás no me lo pueden comprar porque cuesta cerca de 500 y es muy complicado para nosotros juntarlos”, explicó.
Su papá se dedica al comercio de estropajos, fibras y todos esos materiales para sacar adelante a su familia “él se desanima porque no vende mucho por la situación actual”.
Lo más difícil es trasladarla en camión de un lugar a otro comenta su hermano más pequeño Jesús, pues siempre debe ir acompañada.
Su mamá recordó que una vez casi se cae entre el boquete que hay de la parada de la Oruga con la misma, pero afortunadamente estaba ahí para ayudarla.
La muchacha tiene fe y esperanza de que pueda ser operada para corregir su ceguera, “cuando estaba chiquita le dijeron a mi mamá que sólo un milagro podría devolverme la vista, pero yo veo sombras y en diciembre veía mucha iluminación”, explicó.
Toda la familia es muy creyente de Dios, por lo que portan sus rosarios, sobre todo Luz y su hermano Jesús.
“Estar viva significa mucho para mí, gracias a Dios y a la virgencita de Guadalupe estoy aquí, soy un ejemplo de que existen los milagros”, enfatizó.
Luz estaba en el Centro de Apoyo Psicopedagógico para Ciegos y Débiles Visuales (CYDEVI) donde buscan la habilitación, rehabilitación, capacitación e integración de las personas con discapacidad visual a la sociedad impulsando su autonomía.
Luz, el orgullo de la familia
“Me dicen que tiene una voz muy bonita, que debería estar en un lugar donde la pudiera explotarla; se siente bonito que gane algo cantando y algunas veces cuando puedo ayudarla también canto”, comentó orgullosa su mamá.
Comentó que ven que su hija tiene futuro y han intentado llevarla al concurso de “La voz México” antes que iniciara la pandemia, pero no llevaron el acta de nacimiento y tampoco la credencial de elector y el acta de nacimiento, ya no la pudo inscribir al casting.
La familia seguirá intentando que Luz haga lo que le gusta y que gracias a sus habilidades en el canto pueda ayudar en la precaria economía que tienen.