León, Gto.- El tiempo pasa y la angustia está presente en los cuidadores de personas enfermas que están siendo atendidas en el Hospital General de León, entonces es cuando llegan altruistas a regalar comida y de pronto se enciende la luz de la esperanza para los enfermos y sus familias.
Carmen es una mujer de 50 años, está cuidando a su hija Sandy quien tuvo un accidente en su moto y tendrá que ser intervenida quirúrgicamente, si no fuera por las personas de buen corazón que llevan un poco de alimento, su salud se fuera deteriorando.
Y es que por la mañana hay locales y fondas a 20 minutos hasta el Hospital de Alta Especialidad pero cierran temprano, sin embargo, no siempre pueden salir a comprar alimento porque solo puede estar una persona cuidando al paciente y por lo tanto no se quieren despegar de la cama por “cualquier cosa”.
Por lo mismo, en el área de traumatología y ortopedia, los enfermeros y personal de trabajo social, repartieron ponche y buñuelos para los familiares, pues el amor y la empatía arropan este hospital.
Que razón tiene la frase que dice: “para poder cuidar un enfermo, primero te tienes que cuidar tú”, palabras que casi casi están escritas en la pared de cada cuarto, pero también, al mismo tiempo los cuidadores manifiestan que el amor los mantiene de pie aún sin comer.
LUZ DE LA ESPERANZA
Su fuerza es la fe de Dios y sus oraciones, pero justo en ese momento aparecen con vaporeras, canastas, botes con salsas, vasos y platos desechables así como ponche, tamales, tacos de vapor, tortas, aguas, café, chocolate caliente, galletas y refrescos las personas de buen corazón que regalan alimento fuera del nosocomio.
Desde que abrió sus puertas el hospital más vanguardista de Guanajuato el 1 de agosto del 2019 a la fecha, los pacientes comenzaron a llenar las camas, leoneses que debían una manda o por altruismo, llegan afuera del nosocomio, colocan una mesa para regalar comidas a familiares de las y los internados.
La noche del pasado jueves, no fue la excepción, decenas de personas que se encontraban afuera del área de Urgencias del Hospital General de León, fueron sorprendidas por un grupo generoso quienes llevaron comida y bebidas calientes para brindar calor, debido a que todo el día se la pasan en vela.
Afuera del hospital se reúnen los familiares de los desahuciados, tanto de los que llegan como de los que se van y ante una imagen de San Judas Tadeo “Patrono de los casos imposibles” ruegan por la salud y en todo caso por superar la muerte de su ser querido.
ALTARES Y PETICIONES
Cerca del río, a la sombra de un mezquite hay un altar improvisado, pero hecho con fe para pedir peticiones, en una base de palos y tablas donde está la Virgen de Guadalupe y un Niño Doctor rodeado de flores, ahí es donde se derraman lágrimas de una madre con el corazón desgarrado, en contraste de una madre con la felicidad aborde de que un hijo superó una enfermedad.
Son las personas quienes se encargan de arreglar el altar y al estar el espacio rodeado de naturaleza, dicen que se puede sentir a Dios escuchando las súplicas y peticiones, todas enfocadas a la salud.
SIN DINERO PARA COMER
Las bendiciones no cesan para los que llevan comida por la mañana, tarde y noche porque algunas personas no tienen ni para comer porque hicieron gasto en trasladarse, un Uber llega a cobrar hasta 250 pesos desde Zona Centro hasta el hospital y es que ir en camión es realizar un traslado de casi una hora y media (Oruga convencional) y peor cuando es fin de semana porque la frecuencia se reduce y hay quienes llegan esperar más de tres horas en que pase el transporte público.
El alimento, es la vida, es la fuerza y el encontrarse a personas que destinen su tiempo para cocinar y llevar a los que más necesitan es un acto de amor, eso es lo que opinan las personas que están en la sala de Urgencia.