Un nuevo mecanismo para cometer fraude fue evidenciado mediante redes sociales, las tarjeteas de crédito o débito son cambiadas a los usuarios y los plásticos son utilizados para realizar compras en diversos establecimientos.
Fue el pasado sábado 2 de noviembre, alrededor de las 11 de la mañana que una persona se disponía a retirar efectivo y acudió a los cajeros automáticos de BBVA que se ubican en bulevar Adolfo López Mateos, casi esquina con Hilario Medina, el usuario aprovechó las redes sociales para dar a conocer el hecho.
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Al introducir la tarjeta fue imposible realizar la operación y sin dinero optó por cancelar el proceso, el cajero le devolvió la tarjeta, todo parecía normal; más tarde el cliente se percató que la tarjeta que le devolvió el cajero no era la suya e inmediatamente la reportó, sin embargo, en su plástico ya había algunas compras realizadas.
Aparentemente al cajero le fue adaptado un módulo que hace este cambio de tarjetas, similar a los que instalaban hace algunos años, el cual era capaz de retener la tarjeta, pensando el cliente que era falla de la máquina, o incluso algunos tenían la capacidad de copiar la información de la tarjeta para ser usada posteriormente, sin que el cliente se diera cuenta hasta ver en su estado de cuenta movimientos no reconocidos.
Ante ello, la recomendación al acudir a un cajero electrónico es verificar que el cajero al que se acerca el usuario tenga un aspecto similar a los demás en el banco, que no cuente con algún mecanismo adicional que lo haga sospechoso y de serlo así, reportarlo de manera inmediata a las autoridades o personal presente en la institución bancaria.
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Al percatarse de un cargo no reconocido, inmediatamente reportarlo al número de servicio a clientes de cada banco y llevar a cabo un bloqueo de la tarjeta; además de cambiar constantemente los PIN de los plásticos, evitando poner fechas de nacimientos, números de teléfono o cifras que hagan fácil la tarea de los delincuentes.
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