A pesar que en el estado de Jalisco están las principales destilerías del país y también la mayor producción de la bebida mexicana más consumida en todo el mundo. En Guanajuato también ha querido competir en este ámbito pero no se recomienda la plantación de agave porque trae consigo efectos negativos como erosión y contaminación del suelo así como del agua por el uso de agroquímicos altamente tóxicos y corre el riesgo de la destrucción de los bosques nativos de los ejidos.
De acuerdo a Paulo Bañuelos Rosales, secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR), en el estado se ha incrementado arriba del 500 por ciento el cultivo de agave y lo más preocupante es que se está plantando en los municipios que no tienen denominación de origen como Irapuato, Coroneo, Jerécuaro y Tarandacuao.
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“El cultivo del agave se ha incrementado, yo me atrevo a pensar que arriba del 500 por ciento. Pénjamo, Huanímaro, Abasolo y los pueblos del Rincón es donde se siembra”, indicó el secretario.
“Lo más preocupante es que se está plantando en los municipios que no tienen denominación de origen como Irapuato, Coroneo, Jerécuaro, Tarandacuao, ya donde quiera quieren plantar maguey y afecta”, añadió.
Bañuelos Rosales declaró que en boom es la plantación de agave, motivo por el que campesinos han decidido cambiar los granos de cereales sin pensar en los efectos que traerá la sobrepoblación, refiere una vez que caiga el precio como está pasando el destino de las tierras será el abandono.
“Les pedimos a la gente es que no talen o deforesten para que no planten maguey, yo tengo información de que el kilo de piña—base del agave usada para la producción de mezcal, tequila y destilado de agave- en Nayarit estaba en 29 pesos el kilo y ya bajó hasta 18 pesos”.
“La piña tiene muchos azúcares esto va hacer un caldo de cultivo para las plagas en el suelo y va hacer un problema fuerte social, económico y también nos va a dar en la torre con el medio ambiente”, señaló.
En un artículo publicado en El Sol de León, denominado “Amenaza la maldición del oro azul a Guanajuato”, escrito por Óscar Reyes destaca que las plantaciones de agave en el estado han ido en crecimiento y advierte de la expansión acelerada del oro azul pues el objetivo de los campesinos es “hacerse ricos” sin embargo, el cultivo de agave azul ha tenido efectos negativos en los ámbitos ecológico, económico y social y se ha convertido en fuente de fuerte preocupación.
“Quienes ingresaron a la producción del agave en Guanajuato lo hicieron por dos motivos: el primero, porque ante el encarecimiento de insumos para producir granos tradicionales de Guanajuato, como el maíz, trigo sorgo, cebada y frijol, que va desde las semillas, los fertilizantes, el diésel, herbicidas y pesticidas, sus cosechas se volvieron poco rentables, aunado a que los apoyos gubernamentales para el campo año con año han ido desapareciendo y una sequía se ha ido prolongando ha hecho que los cultivos de temporal ya sean una especie en vías de extinción en el país; la segunda, porque les dijeron que lo más conveniente era rentar sus tierra, pues les darían entre 20 mil y 30 mil pesos anuales por hectárea durante ocho años de contrato, dinero libre de todo impuesto y gravamen y que es casi el doble de lo obtenían si continuaban sembrando granos”, describe Óscar Reyes.
Para finalizar, menciona que el estado tiene algunos focos rojos, como en Cuerámaro y Pénjamo, con el monocultivo pero en zonas como Irapuato, Celaya, Salamanca, que son de hortalizas, maíces, sorgos cuentan con cultivos de agave.