/ miércoles 7 de septiembre de 2022

Dos siglos de purificar a los leoneses

En un inicio los baños públicos sólo se trataban de lugares con albercas que eran utilizados en su gran mayoría por migrantes, sanjuaneros y luchadores; con el tiempo cambiaron a los tradicionales baños que son ahora

León, Gto.- Hace dos siglos iniciaron como baños públicos y evolucionaron a baños de vapor, el servicio que en un inicio era utilizado por migrantes, sanjuaneros y luchadores cambió su clientela, ahora principalmente por varones de la tercera edad y puntos de “encuentro” para el ambiente de la diversidad sexual.

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El registro más antiguo que guarda el Archivo Histórico Municipal de León (AHML) sobre los primeros baños y lavaderos públicos en la ciudad, data de una impresión de La Gaceta en el año de 1883, cuando el gobierno del entonces coronel Cecilio Estrada ofrecieron estos servicios a la ciudadanía de manera gratuita.

El lugar donde fueron ubicados fue en el parque Manuel González, previamente llamado Ojo de Agua, ahora conocido como Parque Hidalgo, que si bien ya no funge como baño público, durante los veranos y fines de semana decenas de niños y niñas en la actualidad acuden a las fuentes a bañarse como si fueran una alberca pública.

En aquel tiempo los baños y lavaderos de la municipalidad estaban al noreste de León, en una cordillera de pequeños cerros “bastante accidentados” donde apenas se estaban construyendo templos y edificios que embellecían el paisaje.

Fue después de la Revolución Mexicana cuando surgieron los tradicionales baños Lucita que dieron un giro más moderno al concepto de baños públicos y principalmente eran utilizados por los migrantes y sanjuaneros que pasan por León y deseaban darse un baño para continuar con su camino hacía los Estados Unidos o hacía la Catedral de San Juan de los Lagos, Jalisco caminando.

Sin embargo, hay otra versión que apunta que estos baños en algún momento fueron exclusivos para la gente pudiente de León, ya que contaban con servicios de lujo para ese entonces como una alberca y el vapor y fue después creció el mercado hacía otros segmentos.

Por los años 50 surgieron los baños Colón donde además de sus paredes añejas, en tiempos recientes se encontró un túnel, el lugar también conserva una lápida con el nombre grabado de la hija de los primeros dueños. Se desconoce si hay restos, aunque el personal aseguró que lo que sí han encontrado son monedas de los años 40 que ya vendieron.

En los 60 los Baños Altamar en el Barrio Arriba, a veces utilizados también por los curtidores que trabajaban en la zona y en los 80 los Baños León. Estos tres, aunados a otros de hoteles del centro de la ciudad y uno que hace menos de 10 años se abrió exclusivamente para hombres homosexuales ubicado en la Calzada de los Héroes, siguen siendo una opción vigente para quienes quieran bañarse a vapor.

LOS PRIMEROS BAÑOS DE HUMO

Hace más de 100 años se instalaron en la ciudad de León los tradicionales Baños Lucita, acudían en su mayoría hombres, sanjuaneros y migrantes quienes se reunían en las regaderas de vapor y baños a relajarse.

De acuerdo a habitantes de la zona, en Baños Lucita ubicados sobre la calle Calzada de Guadalupe en la colonia Obrera, había tres pozos que abastecían de agua a las familias de la colonia Obrera, después usaron calderas de vapor checoslovacas con las que hicieron los tradicionales “baños de humo” y también una alberca en la que niños, jóvenes y adultos se enseñaron a nadar.

“Mi papá Gilberto Linares nos platicaba que el dueño, don Rafael López Gómar era un hombre muy bondadoso que le regalaba agua a toda la gente de aquí, para ellos el líquido era una bendición además, en fechas especiales como diciembre a todos los niños les regalaba dulces”, comentó Carmen Linares.

En cambio, Jorge Gutiérrez platicó que después de don Rafael quien se hizo cargo de los baños fue el señor Benjamín López, quien le daba trabajo a alrededor de siete personas para mantener a su familia, agregó que Baños Lucita es un lugar enigmático puesto que mucha gente acudía porque tenía la creencia que el agua era prodigiosa y curaba de enfermedades.

EL VIEJO PARAÍSO DE LOS PEREGRINOS

Miles de historias cuentan los edificios más antiguos de la ciudad de León, uno de ellos alberga en sus entrañas uno de los baños al vapor más conocidos dentro del centro histórico.

Ubicado en el cruce de las calles 20 de Enero y Colón, dentro de la Zona Centro, aun guarda en sus paredes anécdotas que lamentablemente ya no pueden ser contadas por sus clientes, fue un lugar que recibió a miles de peregrinos, que en sus mejores tiempos fue visitado por miles de hombres, debido a que era y sigue siendo un lugar exclusivo para ellos.

Los baños se encuentran justo al fondo del edificio, aunque actualmente no se encuentran en funcionamiento, los encargados del establecimiento aseguran que en ocasiones sobre todo en días sábados suelen prender las calderas para algunos de sus clientes más fieles.

“A uno le da mucha tristeza verlos así, pero las cosas se van acabando, ya no hay nadie quien pueda contar la historia, los clientes que estuvieron en los mejores momentos ya no viven y su dueño Antonio Esquerra ya partió de esta vida también”, comentó un trabajador conocido como “El Chuma”, quien lleva varios años trabajando en los vapores.

El deterioro en los baños que ya no son utilizados, muestra la antigüedad de los mismos, aunque ya no se funciona como anteriormente, siguen ofreciendo algunos servicios a muy bajo costo, los cuales aún son buscados por comerciantes y gente que va de paso por la ciudad.

LOS BAÑOS DE LOS CURTIDORES

Los baños de vapor que se ubican sobre la 27 de septiembre en el Barrio Arriba, han sido visitados por décadas por los curtidores de la zona principalmente.

Hoy en día continúan en funcionamiento, pero ahora en un ambiente familiar, donde ofrecen el mismo servicio desde 1920, cuando comenzaron.

Aunque por fuera pareciera un lugar descuidado y quizá pequeño, al entrar el usuario es recibido por recepcionistas que ofertan cada uno de los servicios y sobre todo orientan a los nuevos consumidores.

Cuando comenzó a principios del siglo pasado, solo se trataba de un lugar con albercas, posteriormente se fue transformando a baños de vapor, una tradición que aún sigue siendo del gusto de vecinos, leoneses de otras colonias y turistas de otras ciudades cercanas.

UNA TRADICIÓN EN EL CORAZÓN DE LEÓN

Entre paredes de azulejos, mesas de masaje, bar y hasta peluqueros, hombres acuden a baños de vapor para consentirse y liberar las toxinas de su cuerpo.

En un hotel ubicado en la calle Juárez en el corazón de León, existe un lugar exclusivo para hombres, en el que pueden pasear desnudos por los pasillos o con ropa interior con la libertad que ellos deseen.

El costo general es de 100 pesos más los servicios por ejemplo aprovechar para realizarse un buen corte de cabello o un masaje relajante para volver a la rutina, a los visitantes se les renta la toalla y la toga, además pueden aprovechar para cosechar una buena amistad.

Así como las mujeres se reúnen a platicar en un salón de belleza, para los hombres existe los baños de vapor que fungen como un tratamiento para depurar al organismo de toxinas a través de la sudoración en un ambiente cerrado con alta humedad, sin embargo, no es apto para todas las personas, no se recomienda para cardiópatas, personas hipertensas, con gripe, personas con hemorragias.

Cabe destacar que el baño de vapor fue creado por los romanos como “termas” o mejor conocidos como “Hamman” que en árebe tiene como significado fuente de calor, los primeros baños en su tipo fueron creados en México en 1754

PAREJAS AL VAPOR

Otro concepto que ha empezado a gustar entre la población son los baños de vapor privados para la pareja.

Los usuarios más jóvenes acuden a los baños de vapor ubicados en la calle Benito Juárez esquina con avenida Miguel Alemán.

El lugar es económico para los usuarios y atrae a visitantes de la zona Centro, el barrio de San Miguel, Las Américas y otras colonias de la zona sur de la ciudad.

En el mismo lugar, también ofrecen servicio en zona comunitaria, la cual es exclusiva para hombres.

(Con información de Monserrat Ramírez, Rosario Horta e Israel Alatorre.)


León, Gto.- Hace dos siglos iniciaron como baños públicos y evolucionaron a baños de vapor, el servicio que en un inicio era utilizado por migrantes, sanjuaneros y luchadores cambió su clientela, ahora principalmente por varones de la tercera edad y puntos de “encuentro” para el ambiente de la diversidad sexual.

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El registro más antiguo que guarda el Archivo Histórico Municipal de León (AHML) sobre los primeros baños y lavaderos públicos en la ciudad, data de una impresión de La Gaceta en el año de 1883, cuando el gobierno del entonces coronel Cecilio Estrada ofrecieron estos servicios a la ciudadanía de manera gratuita.

El lugar donde fueron ubicados fue en el parque Manuel González, previamente llamado Ojo de Agua, ahora conocido como Parque Hidalgo, que si bien ya no funge como baño público, durante los veranos y fines de semana decenas de niños y niñas en la actualidad acuden a las fuentes a bañarse como si fueran una alberca pública.

En aquel tiempo los baños y lavaderos de la municipalidad estaban al noreste de León, en una cordillera de pequeños cerros “bastante accidentados” donde apenas se estaban construyendo templos y edificios que embellecían el paisaje.

Fue después de la Revolución Mexicana cuando surgieron los tradicionales baños Lucita que dieron un giro más moderno al concepto de baños públicos y principalmente eran utilizados por los migrantes y sanjuaneros que pasan por León y deseaban darse un baño para continuar con su camino hacía los Estados Unidos o hacía la Catedral de San Juan de los Lagos, Jalisco caminando.

Sin embargo, hay otra versión que apunta que estos baños en algún momento fueron exclusivos para la gente pudiente de León, ya que contaban con servicios de lujo para ese entonces como una alberca y el vapor y fue después creció el mercado hacía otros segmentos.

Por los años 50 surgieron los baños Colón donde además de sus paredes añejas, en tiempos recientes se encontró un túnel, el lugar también conserva una lápida con el nombre grabado de la hija de los primeros dueños. Se desconoce si hay restos, aunque el personal aseguró que lo que sí han encontrado son monedas de los años 40 que ya vendieron.

En los 60 los Baños Altamar en el Barrio Arriba, a veces utilizados también por los curtidores que trabajaban en la zona y en los 80 los Baños León. Estos tres, aunados a otros de hoteles del centro de la ciudad y uno que hace menos de 10 años se abrió exclusivamente para hombres homosexuales ubicado en la Calzada de los Héroes, siguen siendo una opción vigente para quienes quieran bañarse a vapor.

LOS PRIMEROS BAÑOS DE HUMO

Hace más de 100 años se instalaron en la ciudad de León los tradicionales Baños Lucita, acudían en su mayoría hombres, sanjuaneros y migrantes quienes se reunían en las regaderas de vapor y baños a relajarse.

De acuerdo a habitantes de la zona, en Baños Lucita ubicados sobre la calle Calzada de Guadalupe en la colonia Obrera, había tres pozos que abastecían de agua a las familias de la colonia Obrera, después usaron calderas de vapor checoslovacas con las que hicieron los tradicionales “baños de humo” y también una alberca en la que niños, jóvenes y adultos se enseñaron a nadar.

“Mi papá Gilberto Linares nos platicaba que el dueño, don Rafael López Gómar era un hombre muy bondadoso que le regalaba agua a toda la gente de aquí, para ellos el líquido era una bendición además, en fechas especiales como diciembre a todos los niños les regalaba dulces”, comentó Carmen Linares.

En cambio, Jorge Gutiérrez platicó que después de don Rafael quien se hizo cargo de los baños fue el señor Benjamín López, quien le daba trabajo a alrededor de siete personas para mantener a su familia, agregó que Baños Lucita es un lugar enigmático puesto que mucha gente acudía porque tenía la creencia que el agua era prodigiosa y curaba de enfermedades.

EL VIEJO PARAÍSO DE LOS PEREGRINOS

Miles de historias cuentan los edificios más antiguos de la ciudad de León, uno de ellos alberga en sus entrañas uno de los baños al vapor más conocidos dentro del centro histórico.

Ubicado en el cruce de las calles 20 de Enero y Colón, dentro de la Zona Centro, aun guarda en sus paredes anécdotas que lamentablemente ya no pueden ser contadas por sus clientes, fue un lugar que recibió a miles de peregrinos, que en sus mejores tiempos fue visitado por miles de hombres, debido a que era y sigue siendo un lugar exclusivo para ellos.

Los baños se encuentran justo al fondo del edificio, aunque actualmente no se encuentran en funcionamiento, los encargados del establecimiento aseguran que en ocasiones sobre todo en días sábados suelen prender las calderas para algunos de sus clientes más fieles.

“A uno le da mucha tristeza verlos así, pero las cosas se van acabando, ya no hay nadie quien pueda contar la historia, los clientes que estuvieron en los mejores momentos ya no viven y su dueño Antonio Esquerra ya partió de esta vida también”, comentó un trabajador conocido como “El Chuma”, quien lleva varios años trabajando en los vapores.

El deterioro en los baños que ya no son utilizados, muestra la antigüedad de los mismos, aunque ya no se funciona como anteriormente, siguen ofreciendo algunos servicios a muy bajo costo, los cuales aún son buscados por comerciantes y gente que va de paso por la ciudad.

LOS BAÑOS DE LOS CURTIDORES

Los baños de vapor que se ubican sobre la 27 de septiembre en el Barrio Arriba, han sido visitados por décadas por los curtidores de la zona principalmente.

Hoy en día continúan en funcionamiento, pero ahora en un ambiente familiar, donde ofrecen el mismo servicio desde 1920, cuando comenzaron.

Aunque por fuera pareciera un lugar descuidado y quizá pequeño, al entrar el usuario es recibido por recepcionistas que ofertan cada uno de los servicios y sobre todo orientan a los nuevos consumidores.

Cuando comenzó a principios del siglo pasado, solo se trataba de un lugar con albercas, posteriormente se fue transformando a baños de vapor, una tradición que aún sigue siendo del gusto de vecinos, leoneses de otras colonias y turistas de otras ciudades cercanas.

UNA TRADICIÓN EN EL CORAZÓN DE LEÓN

Entre paredes de azulejos, mesas de masaje, bar y hasta peluqueros, hombres acuden a baños de vapor para consentirse y liberar las toxinas de su cuerpo.

En un hotel ubicado en la calle Juárez en el corazón de León, existe un lugar exclusivo para hombres, en el que pueden pasear desnudos por los pasillos o con ropa interior con la libertad que ellos deseen.

El costo general es de 100 pesos más los servicios por ejemplo aprovechar para realizarse un buen corte de cabello o un masaje relajante para volver a la rutina, a los visitantes se les renta la toalla y la toga, además pueden aprovechar para cosechar una buena amistad.

Así como las mujeres se reúnen a platicar en un salón de belleza, para los hombres existe los baños de vapor que fungen como un tratamiento para depurar al organismo de toxinas a través de la sudoración en un ambiente cerrado con alta humedad, sin embargo, no es apto para todas las personas, no se recomienda para cardiópatas, personas hipertensas, con gripe, personas con hemorragias.

Cabe destacar que el baño de vapor fue creado por los romanos como “termas” o mejor conocidos como “Hamman” que en árebe tiene como significado fuente de calor, los primeros baños en su tipo fueron creados en México en 1754

PAREJAS AL VAPOR

Otro concepto que ha empezado a gustar entre la población son los baños de vapor privados para la pareja.

Los usuarios más jóvenes acuden a los baños de vapor ubicados en la calle Benito Juárez esquina con avenida Miguel Alemán.

El lugar es económico para los usuarios y atrae a visitantes de la zona Centro, el barrio de San Miguel, Las Américas y otras colonias de la zona sur de la ciudad.

En el mismo lugar, también ofrecen servicio en zona comunitaria, la cual es exclusiva para hombres.

(Con información de Monserrat Ramírez, Rosario Horta e Israel Alatorre.)


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