León, Gto.- La carne y el helado son productos de lujo para habitantes de la comunidad La Laborcita, los reciben gracias a que son beneficiados por parte del Banco de Alimentos de León.

“Antes vivía al día, compraba 10 pesos de chiles, azúcar o de lo que fuera para comer… con esta despensa voy llenando mi alacena, nunca se va a comparar la cantidad de alimentos que nos llega con lo que antes compraba por la misma cantidad”, mencionó Maricela Andrade.

Recalcó que antes de recibir la despensa era imposible ver paletas de hielo, como parte de sus alimentos debido a que el “chivo” es únicamente para “medio comer” y pago de servicios básicos del hogar.

Con una sonrisa de oreja a oreja recuerda que cada semana que se le entrega su despensa y llegan paletas de hielo o helado con imaginarse la cara de sus hijos ya es feliz, debido a que es difícil tener dinero para darse y darle a sus hijos ese tipo de gusto.

➡ Suscríbete a nuestra edición digital

Este jueves la despensa que les llegó a vecinos de La Laborcita fue 1 kilo de espárrago, jitomate cherry, betabel, verdura congelada, paleta Nestlé, leche, barras, mayonesa, azúcar, salsa, azúcar, puré y agua de horchata por 86 pesos, dicha despensa tiene un costo aproximado en súper o mercados de 400 pesos.

De acuerdo a información del Banco de Alimentos, los insumos donados son por parte de supermercados, panaderías, restaurantes incluso personas que llevan productos próximos a caducar, ellos lo reparten lo antes posible para que estos no se conviertan en desechos y lleguen a los hogares.

Sin embargo, el aceite, azúcar, frijol y avena hacen falta en sus paquetes alimentarios, por tal motivo las despensas tienen un costo mínimo para poder solventar otros insumos que no son donados y poder brindar a los beneficiarios una despensa completa.

Algunos productos pasan desapercibidos por su existencia como el caso de amas de casa que no conocían los espárragos quienes con sorpresa los recibieron y al preguntarse cómo se debían cocinar, el Banco de alimentos preparó una receta para que los pudieran comer.

Al cuestionarlas sobre si habían consumido los tallos indicaron que nunca, es más, algunas ni los habían escuchado nombrar, en este caso, personal de la organización de la sociedad civil les enseñaron lo básico desde cómo cortarlos hasta la preparación y les explicaron los beneficios que tienen para la salud.

En esta ocasión no les llegó carne, pero saben que todos los alimentos son donados y hacen falta personas, instituciones que apoyen para que más familias tengan un platillo en su mesa.

“Hay personas que prefieren que se les eche a perder los alimentos, si vieran que a nosotros nos hace falta, estoy segura que no permitirían que un trozo de carne o un helado, que para nosotras son un lujo comerlos, se les pudriera en su refrigerador”, mencionaron las mujeres.

Piden a la sociedad que se sumen a esta causa ya que lo que algunos ven como “alimento inservible”, el Banco lo rescata y le da un buen final.

Con este programa decenas de familias de Silao, Romita, Irapuato, Guanajuato, San Francisco, Purísima del Rincón, San Felipe, Ocampo, Cuerámaro y San Miguel del Alto en Jalisco.