El emprendimiento después de la pandemia se ha convertido en una actividad popular, sin embargo, algunas mujeres leonesas encontraron en esta forma de vida, una oportunidad de salir adelante.
Los bazares y las ventas por redes sociales, son su mano derecha para dar a conocer sus productos y venderlos al público, tal como lo son los bazares que los fines de semana se encuentran en las inmediaciones del Arco de la Calzada.
Es una forma de apoyar a este emprendimiento leonés y consumir productos locales, como es el caso de Maricela Vargas Patricio, quien cuenta con una maestría en desarrollo organizacional y una licenciatura en psicología, tras la pandemia la empresa donde trabajaba tuvo recorte de personal, a lo que Maricela fue de las personas que se quedó sin trabajo.
Después de algunas semanas sin empleo y con una niña de 2 años, a quien mantener, comenzó a buscar empleo, sin embargo, los horarios no eran los más óptimos para las necesidades de su pequeña hija; al no encontrar las facilidades de estar al pendiente de su hija en un trabajo formal, decidió comenzar el emprendimiento.
“Mis estudios me abrieron un panorama, entonces no por tener una maestría debes estar en una oficina con un cargo de nivel gerencial para arriba, pero la realidad es otra, yo soy madre de una niña y los horarios de los trabajos no son los adecuados para yo dedicar una buena calidad de atención, y los que tienen buenos horarios no son tan bien pagados”, mencionó Maricela Vargas.
Al no encontrar un trabajo que se acomodará a sus necesidades, comenzó a buscar las opciones de emprendimiento, logrando una oportunidad de autoempleo en marcas mexicanas de salud, belleza y suplementos alimenticios totalmente naturales, así como una marca de moños hechos a mano para niñas, hechas en León.
Mientras que Angélica Aristed Martínez Rocha encontró su vocación en los productos de belleza naturales, esto luego de pasar por diversos trabajos, en los que no realizaba lo que más le gustaba, por lo que después de situaciones difíciles en su vida personal, comenzó con su propia marca y ahora ofrece productos naturales, artesanales, jabones 100% naturales, velas de soya, extractos de plantas medicinales, cremas naturales, aceites, mascarillas, cremas reparadoras, bálsamos labiales, shampoo sólido, acondicionadores, aromaterapia, entre otros.
“Cuando inició la pandemia, yo también realice con mayor frecuencia mis productos, retome todo desde hace cinco meses, para generar un ingreso extra y porque me gusta muchísimo, gracias a la cosmética natural encontré otras terapias alternativas por las cuales ahora me dedico a hacer estas terapias”, relató Angélica Aristed Martínez Rocha.
La mayoría de las clientas de Angélica Aristed, son personas jóvenes en un rango de edad de 22 a 30 años y a pesar de que ella no suele utilizar las redes sociales como una herramienta de ventas, la joven emprendedora asegura que la recomendación voz a voz, ha sido una de sus mejores publicidad.
Brenda Gómez es financiera de profesión, antes de la pandemia se dedicaba a brindar asesorías en finanzas personales a pequeñas empresas o MIPyMES que apenas van empezando, así como con sus amigos, a quienes les daba información para salvar sus finanzas personales.
Ella ahora cuenta con una marca propia de toallas sanitarias ecológicas, de tela reutilizables, la cual surgió tras la necesidad de usar estas de manera personal, posteriormente entre conocidas le comenzaron a solicitar estas toallas, por lo que comenzó a confeccionarlas y comercializarlas.
“Comencé de manera personal, yo ya usaba la copa, pero estaba buscando el complemento de los pantiprotectores diarios que yo ya había hecho, y al estar buscando se que hay varias marcas aqui en mexico con este mismo proyecto, pero la verdad es que el producto ya junto con el envío salía muy caro y a partir de allí, busque las telitas que se usan para las toallas y encontré todo lo que yo necesitaba para hacerlas aquí en León”, recordó Brenda Gómez.
Una vez que la joven emprendedora descubrió que sus productos pueden ser muy económicos y estar al alcance de todas, decidió dedicarse de lleno a esta nueva faceta de marcar, cortar y coser la tela de cada toalla.
“Honestamente al inicio, yo empecé con la pandemia, fue un gasto menos que hacer, sobre todo para las niñas que se quedaron sin empleo, el quitarles el gasto de estar comparando toallas desechables mes con mes, fue de mucho alivio, por eso no me costó tanto comenzar mi emprendimiento” dijo Brenda.
Aunque el tema de la menstruación poco a poco ha dejado de ser un tema tabú, aún en León, Brenda se topó con muchas trabas, debido a que muchas mujeres y niñas aún tienen miedo de su propio periodo, por lo que aprovechó para informarse cada vez más del tema y compartir sus conocimientos tanto en redes sociales como presencial en diversos bazares.
“Me apasiona más esto, me apasiona más estar en contacto con las niñas, si bien mi naturaleza es financiera y me ha ayudado mucho con el negocio, el mayor orgullo que me ha producido es ver a las niñas y que se animan a usar mis productos o que las mamás ya no las hacen sentir tan mal, como nos pasaba a nosotras en generaciones anteriores, que las niñas entiendan que son primeras menstruantes, darles información y derribar estos tabúes”, agregó.
Además, las tres emprendedoras coincidieron en que para comenzar un negocio, se necesita varios puntos, el primero es prepararse, generar aprendizaje, el cual con las herramientas tecnologías es mucho más sencillo obtener información, el segundo es buscar la forma de vender sus productos y tomar las críticas de manera positiva para mejorar su propio emprendimiento, así como animarse a dar el primer paso para empezar su negocio y por último la constancia.