Acercándose el tiempo litúrgico de la Cuaresma, desde el Miércoles de Ceniza, hasta la misa del Señor en Jueves Santo, los vecinos del Barrio de San Miguel, se congregan con devoción y compromiso, para escenificar los misterios dolorosos de Cristo el viernes santo, desde hace ya más de 100 años.
Tradición Familiar
Gaspar Hernández Veloz es vecino del barrio y además heredero de la centenaria tradición del Vía Crucis, en el Barrio de San Miguel de la Real Corona (como se le conoce antiguamente). Hernández conversó con El Sol de León y platicó que tomó la organización al fallecer su padre, Agustín Hernández Lira, en el año 2002.
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En el patio de su casa, cada martes y jueves, organiza los ensayos con los vecinos que después de sus diferentes quehaceres y labores, acuden a las 8:00 p.m. para recitar las líneas y actuar las escenas de la crucifixión de Jesucristo.
Ellos iniciaron el Vía Crucis
Detalla Hernández que “esta costumbre del Barrio de San Miguel, es centenaria, tiene más de cien años, es una tradición que empezó mi abuelo Silvestre Hernández junto con Don Santiago Naches y Don Cosme Flores, fueron los que iniciaron esto allá a principios del siglo pasado, en el XX”.
Don Gaspar recuerda el Vía Crucis que organizaba su abuelo y rememoró cuando él era pequeño y ya era actor cuando tenía la edad de “cuatro o cinco años”. Él conserva la herencia fielmente, pues dice “para mí es el seguir dándole al barrio esa tradición, que es muy importante seguirla, ahora mi hijo forma parte de la cuarta generación”.
La Pasión de San Miguel
Los vecinos de San Miguel, conservan su Vía Crucis, viven La Pasión, se afligen junto con el vecino que personifica a Cristo, en sus pesares, en sus tres caídas, cuando el sol está a todo lo que da después del mediodía.
La frase:“Para la mayoría de la gente del barrio es más que nada, pues de fe, cuando venimos en las tres caídas, se ve gente llorando, que la gente siente el Vía Crucis, y quienes se meten con los soldados romanos, dice ¡Por qué son así, por qué lo golpean!”.
De generación a generación
Aldo Fabián Hernández, hijo de Don Gaspar, interpreta el papel de Poncio Pilatos, recordó que en los ensayos no se permitían niños, pero su abuelo le inculcó la costumbre “en silencio, me sacaba y me andaba con él”.
Aldo Jugaba de niño a recrear las escenas del Vía Crucis, aprendimiento de los ladrones, “desde los siete años me sé el libreto completo, de memoria, uno de los propósitos de mi vida es que cuando yo tenga hijos les guste igual que a mí que se lo aprendan que en cualquier época del año que se le acuerde” dijo Aldo Fabián que sigue la Tradición de Don Gaspar.