Luego de que se anunciara que del 10 al 12 de diciembre, el Santuario de Guadalupe, permanecerá cerrado, este lunes los fieles comenzaron a llegar para agradecer a la Reyna de México los favores y milagros recibidos. Una de ellos fue Josefina, quien además de ser ferviente devota de la virgen, es comerciante y ya instaló su pequeño puesto a las afueras del recinto religioso.
Debido a la contingencia sanitaria por Covid-19 y por petición de las autoridades de salud, el santuario permanecerá cerrado el día 10,11 y 12, para evitar el aumento en los contagios.
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Por ello, a partir de este lunes 7, martes 8 y miércoles 9, las puertas del santuario permanecerán abiertas desde las 07:30 horas de la mañana a una de la tarde y de cinco de la tarde a las ocho de la noche.
Con todas las medidas sanitarias
Para ingresar, los fieles deben portar obligatoriamente el cubrebocas, al ingresar se les dota de gel antibacterial y se les solicita que respeten el espacio marcado en cada una de las bancas para respetar la sana distancia.
Este lunes, varias personas acudieron a darle gracias a la Virgen de Guadalupe. Permanecían entre diez y veinte minutos y después se retiraban.
Fiel devota y comerciante
La señora Josefina Domínguez, es vecina de la colonia Obrera, tiene 60 años y cerca de 20, acudiendo a vender diversos artículos alusivos a la Virgen de Guadalupe. Este año, a pesar de la pandemia no fue la excepción y aunque en menores dimensiones instaló su puesto.
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Josefina vende velas de plástico con luz, calendarios y panderos, en precios accesibles que van desde los 20 hasta los 100 pesos. La acompaña su nieto Jael de 10 años, quien por las tardes realiza sus tareas.
La señora Josefina indica que comenzó a vender luego de que uno de sus hermanos le dejara el puesto. Pero su fe por la virgen de Guadalupe la ha tenido toda su vida.
El milagro
Pero la devoción hacia la Reyna de México y Emperatriz de América, se reforzó luego de que uno de sus hijos, enfermara y se curará sin necesidad de una operación.
“Mi hijo Juan José tenía cinco años, ahora tiene 40 y enfermo de las anginas, estuvo muy grave y los doctores decían que la única manera de sanarlo era con una operación. Yo tenía miedo y le pedí a la virgen que lo curara, para que no lo operaran, me hizo el milagro y antes de cada día 12 de diciembre le vengo a traer sus veladoras”. Dijo Josefina.