A bajo galope y con música de banda, leoneses de diferentes colonias, realizaron la primera cabalgata en honor a San Judas Tadeo. Esta manifestación de devoción causó asombro a las personas que se topaban con ella pues es la primera vez que se organiza una peregrinación de este tipo en el primer cuadro de la ciudad.
Desde El Coecillo
Fue en punto de las 11:00 horas de la mañana, que la caravana partió de la calle Mérida y la esquina con calle Españita en el Barrio del Coecillo.
Rafael, uno de los participantes, comentó que fue hace un par de días que apenas comenzaron a planear todo.
⬇️ Dale clic aquí ⬇️
“Apenas lo planeamos, empezaron a preguntar quién tenía un caballo para participar y así fuimos corriendo la voz, éramos 50 confirmados pero llegaron casi cien personas”. Comentó.
Sombreros de charro, texanas, botas y cintos vaqueros, espuelas, camisas cuadradas y pantalones de mezclilla, figuraron en todo el contingente. Algunas mujeres vestían sus trajes de escaramuzas y su cabello adornado con coloridos listones.
Con música de banda
La peregrinación fue encabezada por una camioneta en la que viajaba una banda de música de viento que entonó diferentes melodías a lo largo de todo el recorrido.
Posteriormente, los jinetes, que eran escoltados por más de diez vehículos, decorados con globos y pancartas, partieron de la calle Mérida, tomaron López Mateos y llegaron a la calle 11 de Junio, frente al Forum Cultural.
Ahí dieron vuelta a la Calzada de los Héroes, atravesaron el Malecón del Río y llegaron al Arco.
Prosiguieron por la calle Madero, en donde tomaron por sorpresa a los locatarios y a las personas que se encontraban en la zona, quienes se detenían para ver pasar el contingente. Algunos cuantos, se persignaban al ver el bulto de San Judas Tadeo.
Les abrieron el paso
A su paso, agentes viales de la Dirección de Tránsito, les iban abriendo camino para que pasaran sin mayores demoras.
La caravana dio vuelta en la calle Emiliano Zapata, dobló en 5 de Febrero y prosiguieron hasta llegar a la avenida Las Américas, en la colonia Andrade. Ahí llegaron hasta la avenida Roma, en donde se encuentra el templo de San Judas Tadeo.
Luego de ingresar y dedicar una oración, agradecer los milagros realizados y pedir otros favores, los jinetes siguieron su camino, cada uno por su lado.