Por más de 80 años ininterrumpidos, vecinos del Barrio Arriba y El Calvario han llevado a cabo la representación del Viacrucis, la que es para muchos de las más representativas en el municipio; este año no fue la excepción para recrear la Pasión de Jesús.
Sin importar los fuertes rayos del sol, decenas de personas acudieron a la parroquia de El Señor del Calvario, donde Jesús fue entregado por Judas y sentenciado por Pilatos para ser crucificado, no sin antes recorrer un largo camino con la cruz a cuestas y sufriendo azotes e insultos por los soldados romanos.
David Olivares por cuarto año consecutivo representa a Jesús, es comerciante en la Plaza del Músico y desde el primer domingo de enero comenzó a prepararse para este día, asimismo lo hicieron las 150 personas que participaron en esta edición.
Fueron poco más de 3 kilómetros que David cargó una pesada cruz en su espalda, recorriendo las calles del icónico Barrio Arriba; la calle Allende, 27 de Septiembre, Ébano, Avenida Ciprés y África fueron algunas de las vialidades recorridas, ante la mirada atónita de los espectadores, pues no podían creer que los golpes eran de verdad.
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Transcurrieron las tres caídas de Jesús y con ellas la oportunidad para que los asistentes pidieran perdón por sus pecados; una desconsolada Virgen María intentaba detener los azotes que sufría su hijo, sin embargo, el grupo de soldados no lo permitió y continuó su camino.
Llegó el momento de subir por la calle Calvario, la más difícil por su pronunciada inclinación, pero ni eso pudo detener la fe de David (Jesús) y los cientos de fieles que querían admirar como era crucificado.
Al llegar a la explanada del templo, el Nazareno fue despojado de sus prendas y los soldados prepararon la cruz, no sin antes propiciarle unos cuantos golpes más e insultos, lo que provocó lágrimas en algunos de los asistentes, recordando lo que Jesús vivió.
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La cruz fue levantada y en ambos extremos lo acompañaron los ladrones, para después orar y pedir utilizar el momento como señal de reflexión; “aprovechemos este día para arrepentirnos de lo que hemos hecho mal y revertir el camino, querer al prójimo como Jesús lo hacía y hacer siempre el bien”, se comentó a través del audio, el cual indicaba el final de la representación.
Momento de arrepentimiento y de agradecer
Vecinos del Barrio Arriba y del Calvario viven de manera muy especial el Viernes Santo, pues se reúnen con toda la familia para arrepentirse de los pecados cometidos durante el año y agradecer a Dios la oportunidad de continuar viviendo.
“Nosotros nos juntamos la familia, en la tarde vamos a visitar el templo de la Salud en el Barrio y mañana acudimos a misa; todo lo que nos da y mientras estemos bien hay que agradecerle a Dios y a la Virgen”, comentó la señora Julia Martínez.
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Otros aprovechan que el día es de asueto para ver a aquellos miembros de la familia que por diversas circunstancias viven fuera del estado, tomándose el tiempo necesario para agradecer por la unión.
“Siempre hay que ser agradecidos, aunque son fechas muy tristes, para mí representa que mis hijos puedan escaparse un rato de los trabajos y tenerlos todos juntos, por lo que también para mí es una fecha ideal para agradecerle a Dios el tenerlos juntos”, comentó la señora Sandra Castro.
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