"He visto mucha hambre”, doña Marisela regala comida en León

La señora Marisela comenzó a regalar comida por una equivocación, ya que usuarios de las redes sociales comenzaron a compartir un post donde se anunciaba comida gratis en una calle del Centro

Christian Rendón | El Sol de León

  · sábado 25 de abril de 2020

Fotos: Ricardo Ortiz | El Sol de León

León, Guanajuato.- La fila es grande, aunque fluida, pero eso no le importa a don José, vecino de la colonia Villas de San Nicolás, quiere conseguir comida para él y sus 3 hijos, pues derivado de la contingencia por el Covid-19 se quedó sin trabajo y no tiene que comer desde hace varios días.

Para su fortuna, encontró el lugar donde doña Marisela Martínez, acompañada de otras 10 mujeres, regalan comida desde el lunes pasado en la calle Libertad #223 esquina con República, mejor conocida como “la calle del codito”, del Centro de la ciudad.

Don José llegó y como todas las personas que están comiendo en las banquetas el hígado encebollado y arroz que prepararon para ese día, le dieron su plato, pero tiene que llevar comida a casa, pues en el taller de calzado donde trabaja sólo le prometieron el pago, pero nunca llegó.

La señora Marisela comenzó a regalar comida por una equivocación, ya que usuarios de las redes sociales comenzaron a compartir un post donde se anunciaba comida gratis en una calle del Centro, pero de Aguascalientes.

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Foto: Ricardo Sánchez - Gerardo García | El Sol de León

Confundidas, las personas comenzaron a llegar a donde su esposo y ella tienen su imprenta, por lo que consideró regalar comida en tiempos de contingencia apoyada por sus papás, 7 hermanos, sobrinos, amigos y amigas.

Todavía el jueves prepararon alimentos para 200 personas, pero ha “visto mucha hambre” y tan sólo para el viernes, además del hígado que ella cocinó, sus colaboradoras llegaron con frijoles, más arroz, espagueti, carne de puerco y tortillas para 300 personas, pero falta.

“Antier llevaba la última olla para llevarla a mi casa y una señora de San Pancho me dice: ‘¿Ya no tiene comida? Y le conteste ‘ya se me acabó’ y me dice: ‘Aunque sea deme algo’ y le di 3 tortillas y las agarró y las embarraba en la cacerola vacía”, platicó la mujer con la voz entre cortada.

Continuó platicando lo que ha visto como cuando un muchacho que tenía 3 días sin comer llegó, pero se estaba deshidratando, por lo que una de sus hijas que es enfermera, lo atendió, así como cuando llegó una mujer embarazada con 2 niños que tampoco habían comido.

En la fila estaba una mujer delgada que se formó 2 veces, tenía mucha hambre. La mayoría que llegan a comer viven como ella en la indigencia o en situación de vulnerabilidad, aunque también va el de aseo público o gente que va pasando y no tienen para comer, todos ellos comiendo en la banqueta que convierten en comedor.

Las otras hijas de doña Marisela, también profesionistas, le ayudan, así como sus amigas, unas ponen orden en la fila para que se guarde la sana distancia, otras les lavan las manos y les ponen gel antibacterial, otras más sirven la comida, todas con las medidas sanitarias necesarias, además de que su esposo para la imprenta diario, de lunes a sábado, por más de 2 horas, y lo presta para que ahí se pueda regalar la comida de 1:00 a 3:30 pm

También, de su taller de costura, doña Marisela les regala cubrebocas y algunas de las veces se ha desprendido de la comida que tiene en casa, pues le llega gente de más, por lo que si te interesa donar, puedes llegar hasta ese punto, pues “Lo que me hizo ver es que hay mucha hambre”, contó la mujer.

Está agradecida con lo que la vida le ha dado y está segura que es el respaldo de Dios por lo que la gente no se queda sin comer.