León, Gto.- Entrando por la calle Juan Valle, hay un callejón al que todos conocen como “cerrada” y que mide aproximadamente cuatro metros de ancho y tiene más de 100 metros de largo; a este lugar se le llama también la “Ciudad perdida de León”, tan perdida que desde 1980 no entran presidentes municipales a la zona.
Silvia Medina, de 60 años, tiene toda su vida viviendo en la “Ciudad de perdida”. Su madre, la señora Raquel Medina Soto, llegó desde que era niña y desde ese entonces sólo una vez han renovado la privada.
“Hace 80 años que vinieron mis padres a vivir aquí, era una privada que tenía una entrada muy pequeña ya dentro se ampliaba por vecindades, departamentos y cuartitos muy pequeños de adobe y tejas de cartón y había muchas familias viviendo aquí adentro".
“Desde entonces, todo el mundo le apodada la ‘Ciudad perdida’, porque era difícil de entrar y una vez ingresando ya no hallaban cómo salirse porque se confundían; cuando el presidente municipal, Harold Gabriel Appelt (1977-1979), miró las condiciones en cómo vivíamos, abrió la entrada, nos puso adoquín y luz publica porque ni eso teníamos y desde ahí nadie nos ha tomado en cuenta”, comentó Silvia Medina.
De acuerdo con Silvia Medina, quien también es comerciante, desde hace 44 años las personas tuvieron un cambio de vida en sus hogares, luego de la visita del exalcalde Harol Gabriel Appelt, porque la dignificación de su privada los motivó a fincar sus casas ya que no hay ni una sola de adobe y techo de cartón, también tuvieron servicios básicos.
► Únete al canal de El Sol de León en WhatsApp para no perderte la información más importante
Vivían en condiciones complicadas
En un artículo llamado “Situación política de la ciudad de León en los años 1940”, escrito por Ernesto Arrache Hernández, se describe que en el año de 1940, el municipio contaba con poco más de 100 mil habitantes y la zona urbana llegaba del Barrio Arriba hasta el Parque Hidalgo y a puente de la salida a los Gómez, mientras que al sur comprendía los barrios de San Juan de Dios y la Conquista.
Al este de la ciudad llegaba hasta la Calzada de los Héroes, incluyendo la calle Hernández Álvarez, que conducía al panteón de San Nicolás, uniéndose en la Plazuela de las Vigas con San Juan de Dios y al oeste apenas si llegaba al pie del cerro del Santuario, lo que es ahora la calle Miguel Alemán -un arroyo abierto a las aguas negras y basuras-.
En cuanto al Barrio de San Miguel, iba por la calle Independencia hasta la calle de los Ferrocarriles y del Coecillo comprendía la calle Héroes de la Independencia por las calles Baños y Cruz de Cantera.
En aquella época, sus habitantes no contaban con agua potable, alcantarillado, alumbrado, pisos, hospitales suficientes, escuelas y demás.
“Fue el Presidente Rodrigo Moreno Zermeño (1948-1949), quien aprovechando su amistad con el nuevo presidente de la República, Miguel Alemán Valdés, inició con visión las grandes obras de drenaje, alumbrado público y pavimentación de todo el centro de la ciudad y que aún perduran, dando cobertura así para la ampliación de la urbanización integral, a todos los barrios y colonias de la ciudad, pese a lo cual se tienen graves carencias”, describe en el artículo.
A 44 años de la “Ciudad perdida”
Actualmente, la “Ciudad pérdida” no ha tenido cambios notorios. Hace algunos años pintaron al fondo una Virgen de Guadalupe, misma que continúa. En su mayoría habitan los Medina y otras familias que llegaron, además, hay cerca de 30 casas y departamentos.
Silvia Medina recordó que en esta privada residían en pobreza extrema, una vez que les instalaron la luz, los medidores se encontraban entrando a la privada, ahora ya cada casa cuenta con el suyo, también había una hilera de lavadores para uso de todos los habitantes.
En la “Ciudad perdida” de León, todos sus habitantes se respetan, son unidos y buenos vecinos, sin embargo, buscan quitar la imagen de lugar sombrío pues no se ha intervenido por mucho tiempo.