La delincuencia y la pandemia sesgan a una familia dolorense

Claudia González Martínez, compartió la triste historia por la que su familia pasó a mitad del 2020

Juan Alarcón | El Sol del Bajío

  · domingo 17 de enero de 2021

Fotos: Cortesía

DOLORES HIDALGO, Gto.- La desfortuna para una familia dolorense llegó en el 2020, afectándolos con dos de los problemas que durante ese año golpearon fuertemente a la Cuna de la Independencia Nacional: la delincuencia organizada y el SARS-COV-2, que se extendió por este municipio. Mientras un hombre se debatía entre la vida y la muerte, su padre comenzaba a enfermar cuando la pandemia empezó a tomar fuerza en el estado de Guanajuato, aguantando la lucha contra el coronavirus, sólo unas cuantas semanas.


Claudia González Martínez, compartió la triste historia por la que su familia pasó a mitad del 2020, cuando perdieron a su padre a causa del COVID-19. Claudia confesó que todo empezó el 16 de junio, cuando lamentablemente su hermano fue alcanzado por las balas de una ataque armado que se suscitó en una vulcanizadora de Dolores Hidalgo, "mi hermano iba pasando por esa calle con su bicicleta, cuando sólo se cayó sin saber que pasaba hasta que la ambulancia llegó y se lo llevaron por suerte con vida al hospital".

Claudia no sabía lo que apenas venía después del aterrador hecho violento que sufrió su hermano. "Ante eso nosotros nos fuimos al hospital a ver a mi hermano, estuvimos ahí hasta el 19 de junio que lo trasladamos al ISSSTE de Guanajuato capital, donde nos dijeron que el estado de mi hermano era muy malo, nos dijeron que incluso no tenía muchas posibilidades de sobrevivir, es por ello que al siguiente día, mi papá fue a visitarlo y estar con él. Quiero aclarar que a pesar de que ya llevábamos varios meses con esto de la pandemia, no había medidas preventivas en el ISSSTE, no nos dieron ni gel antibacterial, nosotros veíamos a los doctores y enfermeras que entraban y salían sin traer cubrebocas, todo esto a pesar de que nos enteramos de que en ese momento el ISSSTE ya se había convertido en zona de infección alta".

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Fotos: Sanjuana Medrano | El Sol de Salamanca

El 23 de junio, mientras seguía hospitalizado el hermano de Claudia en Guanajuato capital, comenzó a decaer el estado anímico de su padre, quien ya se encontraba en reposo en Dolores Hidalgo, ahí fue atendido por una médica particular.

Conforme pasaron los días los síntomas empezaron a ser más fuertes, hasta que llegado el 1 de julio, el hombre de 68 años de edad, tuvo que ser trasladado de urgencia al IMSS, donde a pesar de estar en área COVID, la doctora informó a los familiares que sólo se trataba de una úlceragástrica, la cual tenía que ser operada.

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Fotos: José Almanza | El Sol de Salamanca

"Nosotros sentimos un alivio cuando nos dijeron que no era COVID, pero cuando lo llevamos también al ISSSTE para que lo canalizarán para la operación, ahí nos dijeron que todos los síntomas que presentaba mi papá era de COVID y no sabían la razón del por qué la doctora nos dio el otro diagnóstico. Entonces nos hicieron la indicación de que nos pasarían de Guanajuato a León, ya estando en Guanajuato le sacaron la placa de los pulmones, nos explicaron que sus pulmones ya iban dañados por lo que se lo llevaron a la T58 IMSS en León".

Durante la entrevista Claudia no pudo aguantar más el llanto, al explicar que en el momento en el que iban a trasladar a su padre, la médico que la atendió no tuvo sensibilidad ante la situación pues le dijo, "nos lo vamos a llevar a la T58, si resiste su padre se lo vamos a entregar vivo, si no resiste se lo voy a entregar incinerado. Tal cual fueron las palabras de la doctora sin ningún tacto".

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El día 2 de julio, el padre de Claudia ingresó al piso tres donde se encontraban los pacientes más graves. El 16 de julio Claudia recibió la noticia de que su padre había perdido la batalla contra el coronavirus.

"Fueron dos semanas en las que sólo nos explicaban como el virus iba deteriorando la salud de mi padre y en el que ya no lo volvimos a ver, a nosotros nos notificaron seis días antes de que falleciera que lo iban a entubar. Después cuando falleció, me pidieron unos documentos, pero incluso cuando fui a entregarlos, me decían que mi papá estaba grave y no me confirmaban que había fallecido. Ante eso yo pedí que no lo incineraran, porque yo no me iba a llevar un cuerpo que no era, contrate a una funeraria y por suerte nos lo entregaron después de 12 horas y lo llevamos directamente al panteón a enterrar".

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"Yo creo que la situación psicológica, el no saber cómo seguía mi hermano y toda la presión antihumana al estar totalmente aislado y sin comunicación, eso siento que fue lo que provocó más su muerte". Dijo Claudia, quien lamentablemente ya no le pudo decir a su padre, que su hijo ya se había recuperado e iba saliendo de su situación de forma estable.

Para finalizar Claudia mencionó, que durante el tiempo que vinieron este calvario, sus dos hermanas, un cuñado, dos hijas y su madre también se contagiaron de coronavirus; sin embargo, sólo ella tuvo sintió algunos malestares que aunque no fueron graves, si le dejaron secuelas como perdida de la memoria y presión en el pecho de manera intermitente.