La desesperación de una madre por las clases

Bibi tiene dos hijos en primaria, uno cursará segundo grado y otra, cuarto. Sabe que tiene que ver las clases por televisión por lo que la organización de su vida diaria tendrá que cambiar para poder atender su local de frutas y verduras al mismo tiempo que a sus pequeños estén en curso.

Se escucha preocupada. “Creo que contrataré un chalán que esté aquí mientras yo estoy con el niño viendo la clase”.

En la parte trasera de su negocio tiene un televisor “de esos viejitos” y “sólo para conectarle un DVD y así los niños no se aburren”. Hace tiempo que cuenta con señal del sistema Dish.

La señora plática que el cierre del ciclo escolar anterior no le representó tanto problema. “Veíamos en YouTube lo que las maestras encargaban, porque ahí repetían lo que transmitía en el canal Once Niños. A los trabajos de los niños les tomaba foto o los convertía en PDF y cada semana le enviaba a la maestra las evidencias”.

Ahora será prácticamente igual. Bibi comenta que la ventaja de esta forma de trabajar era que los videos estaban disponibles a cualquier hora del día.

Le angustiaba que el modelo que comienza este lunes fuera diferente, pero un mensaje de la maestra le dio tranquilidad.

El aviso fue que hay en la aplicación Aprende en Casa y en YouTube estarán disponibles los contenidos para verlos a la hora que mejor le acomode a alumnos y papás.

Para este 20-21, con las clases por televisión, hay horarios de acuerdo con el grado que curse el alumno, con repetición por la tarde.

El horario para segundo de primaria es de 11 a 13:30, con repetición de 15 a 17:30. Para cuarto grado, de 16:30 a 19 horas y repetición, de 19:30 a 22.

“En mi caso con dos niños, son dos horarios diferentes. A lo mejor con el niño las vemos aquí en el local; con la niña, cuando cerremos y lleguemos a la casa… el problema es que en casa hay que hacer muchas cosas y además preparar mi lista de compras para surtir el local”.

Es sábado por la mañana; el lunes comienzan las clases y Bibi desconoce por cuál canal transmitirá las de sus hijos.

“Esos canales de 5.2, 7.3 ni los veo, ni sé si aquí agarren. No sé si mi sistema de cable los vaya a tener… tal vez tenga que poner una antena… o dos porque voy a estar viendo las clases en dos lugares diferentes…¡Ay! No sé cómo le voy a hacer”, expresa con desesperación.

Minutos más tarde, en una búsqueda por internet, descubre que en su sistema de cable sí pasarán las clases. En Dish, el 280 está destinado para primaria. Es el mismo Once Niños que sin problema puede ver. “Uf, qué bien. Ya no tendré que comprar nada”, expresa.

De a poco la incertidumbre va desapareciendo. En la escuela de sus hijos determinaron que los profesores continuaran con su mismo grupo en el nuevo grado.

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“Está bien porque ya se conocen y los maestros saben cómo andan los niños”, plática con cierta tranquilidad.

Otra buena noticia es que no dieron lista de útiles. “Nos dijeron que usáramos la libreta que quedó del ciclo pasado y que en una sola tuvieran los niños los apuntes de todas las materias”.

Pero hay una mala. “El libro de español no nos lo dieron porque no ha llegado”.

Cuando Bibi inscribió a sus hijos le hicieron saber que a diferencia del ciclo anterior, en éste, es obligatorio ver las clases por televisión… o en plataformas.

El método de trabajo con los profesores será enviarle evidencias de las tareas y trabajos, tal vez también del acompañamiento de los padres de familia. Las dudas, los maestros las resolverán vía WhatsApp.

La profesora del niño, dice Bibi, “está disponible a cualquier hora”. La de la niña, no. “Nos envió un mensaje para darnos su horario. Solo atenderá de 8 de la mañana a 13:30 y nos advirtió que a la tercera vez que no acatáramos sus indicaciones nos sacará del grupo. Y está bien porque hay mamás que preguntan cada cosa”, comenta con una carcajada mientras pesa una bolsa con chiles verdes.