León, Gto.- Víctor Manuel Villalobos Arámbula, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno federal, aseguró que “no se ha dejado de apoyar a los diferentes tipos de productores mediante la entrega de bienes públicos, a pesar de las limitaciones presupuestales” y llamó a los integrantes de estos sectores a no ser parte de las previsiones que la FAO ha hecho a los sistemas alimenticios, como efecto de la crisis de Covid-19.
“La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha advertido que la pandemia puede agravar la vulnerabilidad y las deficiencias de los sistemas alimentarios mundiales; otros 83 millones de personas o quizás hasta 132 millones pueden empezar a padecer hambre en el 2021 como resultado de la recesión económica”, dijo el secretario en la inauguración del Foro Global Alimentario Digital.
Agregó que “en México debemos cuidar de no ser parte de estas estadísticas. Desde la perspectiva económica o comercial, el sector se ha comportado con bastante normalidad pero no podemos negar los efectos negativos que las medidas de confinamiento han tenido en la economía, con una caída muy fuerte en los índices de crecimiento previstos para este año y el próximo, lo cual se traduce que menos inversión, menos empleo y menos consumo; un ciclo del que México debe esforzarse por escapar” y destacó que el comercio con los principales mercados se mantuvieron gracias a que no se cerraron las fronteras.
TECNOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE
Víctor Manuel Villalobos afirmó que el sector primarios seguirá siendo imprescindible pero “ todos los granos, oleaginosas, hortalizas y frutas que consumimos seguirán siendo cultivadas en una tierra cada vez más limitada y utilizando recursos hídricos cada vez más escasos”.
“No será muy diferente para otros sectores; reducir la huella del carbono, capturando los suelos, disminuir las huellas hídricas, producir con menos agua y preservar la riqueza de la biodiversidad, es patrimonio de todos; debe ser y deberán ser objetivos compartidos con los factores sociales que participan en la producción agropecuaria y en todas las cadenas productivas sociales.
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El secretario mencionó que “el conocimiento científico es factor clave para el desarrollo de la agricultura de hoy y la agricultura del mañana. La biotecnología, la agricultura de precisión, la agricultura climáticamente inteligente, la visión de tecnología 4.0, los sistemas de información, la inclusión de conocimientos como la agricultura circular y la bioeconomía, así como la vinculación con otros sectores tan diversos como la energía o el turismo, formarán parte de este complejo entramado que es ya, la agricultura el futuro”.
Dijo que “disponemos de herramientas que nos ayudan a incrementar la productividad y a hacerlo de manera sustentable, pero su utilización debe tener un sentido social; es decir, contribuir a reducir las brechas de productividad y no a ensancharlas. Deben dirigirse a disminuir la desigualdad y a eliminar la pobreza”.
Villalobos Arámbula destacó que “México tiene un lugar bien ganado en la estructura agroalimentaria global y junto con ustedes nos proponemos mantenerlo. Para ello debemos estar muy atentos, incluso adelantados a la configuración que tendrá la agricultura en el mundo una vez que regresemos a cierta normalidad desde el punto de vista social”.
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El secretario, quien dijo que es amigo de Guanajuato, afirmó que “la gran transformación a la que el presidente López Obrador ha convocado a la sociedad mexicana incluye objetivos estratégicos con apoyos a quienes más lo necesitan, así como el fortalecimiento de nuestra soberanía mediante la autosuficiencia de alimentos básicos que garanticen la seguridad alimentaria”.
Señaló que los millones de pequeños productores que tienen autoconsumo y abastecen el mercado local, “por la estructura asimétrica de la agricultura mexicana, limita el desarrollo pleno y preserva condiciones de inequidad. Son múltiples las desigualdades que debemos remediar en el ingreso, la capacidad para invertir en la productividad, en el acceso a los insumos y a la tecnología o al crédito”.
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“No solamente tenemos que cerrar la brecha que separa a los grandes y a los pequeños productores, también debemos reducir la brecha que separa a un norte y a un centro exitosos, de un sureste agobiado por el atraso, la pobreza y la exclusión”, expresó.
ESTADO REGULADOR. POLÍTICAS DIFERENCIADAS
Al referirse al papel del gobierno para cerrar las brechas, indicó que “la responsabilidad de explorar el potencial comercial de la agricultura, la ganadería y la pesca corresponde a los emprendedores quienes apuestan al sector agroalimentario como negocio, pero la acción del Estado es fundamental apoyando a los distintos tipos de productores con políticas públicas diferenciadas”.
“Sí a un Estado promotor, sí a un Estado regulador, pero también sí a un Estado rector que actúe a favor de los que menos tienen, que procure la inclusión ya que durante décadas fueron excluidos”
Villalobos Arámbula llamó “héroes de la alimentación” a los productores agrícolas y pesqueros que han permitido tener alimento a lo largo de todos estos meses, “porque han actuado con responsabilidad social y no habido en el país, ni desabasto generalizado, ni una descontrolada escalada de precios”.
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Ante las incógnitas de “¿cómo emergeremos de esta crisis? ¿De qué modo superaremos el parón económico al que obligaron las medidas de contención? ¿Cuáles serán los escenarios post pandemia? La única certeza que podemos tener es que nuestro sector será clave para la recuperación y la estabilidad global, ya que el sector agrícola es responsable de un tercio del PIB mundial y ha demostrado su resiliencia en estas difíciles circunstancias”.
Sin embargo, reconoció que antes de la irrupción de Covid-19, “los sistemas agroalimentarios globales enfrentaban retos formidables. ¿Cómo alimentar a una población mundial siempre creciente que en 2030 será de 9 mil 700 millones de habitantes y lo más importante, avanzar sin profundizar en la exclusión de la desigualdad que hoy condena al hambre a más de 900 millones de personas en el mundo, muchas de ellas condenadas a la desnutrición crónica”.