La vida en el campo inicia con una semilla, en la industria se elabora una gran variedad de productos como chiles congelados, deshidratados, encurtidos y enlatados, también pueden comerse frescos, cocidos o como condimentos.
El Encuentro Nacional de Chiles Picosos, es un encuentro de agricultores de chiles de diferentes partes de la República Mexicana como Yucatán, Puebla, Estado de México, Michoacán, Chihuahua y Jalisco así como de Japón, Estados Unidos y otros países de Latinoamérica.
Se concentraron el día de ayer productores en este encuentro en la comunidad de los Sapos en el municipio de León, para conocer las nuevas variedades de semillas que tienen las casas semilleras para ofertar, habrá variedades de poblanos, serranos, jalapeños, húngaros, habaneros además de charlas y stand con productos relacionados al campo.
De acuerdo a cifras proporcionadas en el evento, el chile es un fruto típico de la gastronomía mexicana que es uno de los productos con mayor potencial de mercado en el ámbito internacional ya que el 29.71 por ciento de la producción total se destina fuera del país.
Adriana Flores, coordinadora comercial del Encuentro Nacional Chiles Picosos mencionó que este evento inició hace 11 años con tres expositores y en este año hubo 60 expositores de semillas, agro insumos, agroquímicos, maquinaria, nuevas tecnologías y comercializadoras. Para este encuentro se esperan alrededor de 1 mil 200 visitantes.
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Lo que tienes que saber de los chiles
El chile proviene de una planta que tiene tallos erectos, herbáceos y ramificados de color verde oscuro, el sistema de raíces llega a profundidades de 0.70 a 1.20 m, la altura promedio es de 60 centímetros.
En el caso de los chiles serranos o anahim se necesitan climas cálidos para desarrollarse y son sensibles a las bajas temperaturas. Para germinar en 9 o 12 días necesitan una temperatura de 20 a 30 °C y para crecer y dar frutos el rango puede ser de 16 a 32°C.
En el Caso de los chiles anchos son de clima templado y para su germinación requieren temperaturas de 8 a 10 °C y para su desarrollo un intervalo de 12 a 32°C.
Para su cultivo los mejores suelos son los de textura media con buen drenaje y el tipo de suelo debe ser rico en materia orgánica con conductividad eléctrica tolerable hasta de 3.5 dS/cm-1.
Si la siembra es manual se ponen de 10 a 15 semillas por mata, dejando una distancia de 50 centímetros entre ellas, si se utiliza una siembra mecánica debe estar calibrada para depositar de 100 a 120 semillas por metro lineal en cada hilera.