León Gto.- Desde 1956 la cabalgata de reyes hacia el cerro del cubilete, este año se cumplen 68 años de llevar la fe, regalos y esperanza a los niños de comunidades cercanas, así como de rendir homenaje, honra y gloria al niño dios este 6 de enero.
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Cabalgadores de los cuatro puntos cardinales de Guanajuato, que van desde San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo, Guanajuato Capital, Querétaro, Acámbaro, Villagrán, Salamanca, Juventino Rosas, Celaya, León, Irapuato, Apaseo el Grande, Apaseo el Alto, San Juan de la Vega, San Isidro de la Concepción, San Elías, Plancarte, Roque y Silao por mencionar algunos, logrando sumar más de 40 comunidades.
Tan solo el año anterior se llegó a un registro de más de 5 mil personas que a caballo recorrieron comunidades y carreteras para posteriormente subir la montaña de Cristo Rey, por lo que este año se espera que estos números sean superados.
Miles de historias cuentan los cabalgadores, quienes con mucha fe y devoción llevan más de 50 años subiendo año con año en esta peregrinación, donde además regalan dulces y juguetes a los niños que se acercan para presenciar la caravana. No faltaron los niños que entregaron sus cartas a los Reyes Magos a los jinetes, para que estos la llevaran hasta las manos del Niño Dios.
Nicolás García inició la cabalgata hace más de 60 años, donde en este año algunos de los participantes en esta cabalgata anual, salieron desde el día primero de enero, donde posteriormente tras horas de montar a caballo se fueron juntando con más cabalgadores de la Sauceda, no sin antes oír la Santa Misa y recibir la bendición del cura de cada iglesia.
Una vez que se concentraron los cabalgadores, estos partieron de la Sauceda en punto de las 7:00 de la mañana, para unirse en Aguas Buenas donde luego de un pequeño descanso partieron hacía el Cubilete, donde tomó la cabecera de la Columna los Cabalgadores de Congregación de Cárdenas y Salamanca al mando de Rafael Domínguez, Ramiro Álvarez.
Acompañados por el sacerdote de la cabalgata y demás ministros invitados ascendieron a la montaña, donde una vez en la cima esperándolos con los brazos abiertos el Rey del Cubilete, donde gritaron a los cuatros vientos el nombre de Jesucristo.
“Van cuatro veces que vengo a la cabalgata, le vengo agradecer a Dios que me dio buenas cosas en el año, lo que buscaba, mis sueños me los cumplió este año”, mencionó Juan originario de San José de Allende.
“Tenemos que preparar a los potros para que aguanten el camino, porque está largo el tirón, en nuestro caso lo hacemos en dos tramos, salimos a las 9 de la mañana, descansamos a las 9 de la noche y retomamos a las 9,
Los cabalgadores recordaron que hace más de 30 años recorrían con fé los caminos de Guanajuato y pasaban a las diversas iglesias, templos y capillas para agradecer a Dios todo lo que han tenido en el año y sobre todo el pedir que los deje llegar sanos y salvos.
Uno de los jinetes de 76 años de edad, aseguró que no es pesado el viajar a caballo y subir la montaña, ya que solo se necesita voluntad, fe y un buen caballo que tenga una buena andadura.
Francisco García, Octavio Pisano González y su hijo Gustavo, en compañía de amigos y vecinos relataron que para poder realizar el viaje tan largo es necesario que el caballo vaya en un viaje asentado, porque si va trotando o rebotando el jinete se cansa, aunque mencionaron que es cansado el camino se debe cuidar al caballo para que a su vez el cabalgador llegue menos agotado al final del camino.
Octavio Pisano es el primer año que lo acompaña su hijo de 11 años a una cabalgata tan larga, arriba de un potrito “Rodado”, uno de sus favoritos, a quien le puso ese nombre luego que de muy pequeño el caballo rodó por un desnivel.
“No se que le voy a pedir al niño Dios, lo que me traigan esta bien, pero yo quiero unas botas rojas o azules”, mencionó Gustavo, aunque muy sincero reconoció no haberse portado bien en el año, agradecería los obsequios a cambio de portarse mejor en el año y cuidar a su familia.
“Yo por primera vez vine en el año 99, la segunda vez en el 2000, luego me ausenté y regrese en el 2010 y de allí para acá he venido unas siete veces en el caballo y en el carro como cuatro veces con toda mi familia, ya he viajado con mi hijo a San Martín de Terreros, en el mismo caballito, esta vez le dije que lo iba a traer a un lugar más lejos, pero ya hemos venido y él ya conoce. Nuestra meta es ir allá arriba (cerro del cubilete), como cada año y regresar con nuestras familias”, recordó Octavio Pisano González, originario del municipio de Juventino Rosas en Guanajuato.
Son cerca de 15 horas las que se realizan sin descanso, sin embargo al ir en caravana, para el día 6 de enero, luego de descansar en Aguas Buenas, se prepararán para escuchar la primer misa de cabalgadores y el levantamiento del Niño Jesús con las respectivas ceremonias, una vez terminado el acto, los fieles regresarán a sus respectivos campamentos para posteriormente partir a sus lugares de origen.