Valle de Santiago, Gto. (OEM-Informex).- Malpaís es una comunidad localizada en el noroeste a siete kilómetros de la ciudad. Es un terreno abrupto, árido y estéril constituido por lava volcánica fragmentada en bloques producto de las erupciones de los volcanes típicos de la región conocidos como las Siete Luminarias.
También, por la ubicación, se considera que perteneció a la zona de influencia del grupo etnolingüística chupícuaro ya que se han encontrado piezas de cerámica en la región, incluso en campos agrícolas circundantes.
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La semana pasada, colectivos que buscan a personas desaparecidas, localizaron una finca rústica en ciernes en la comunidad de Malpaís en este municipio, donde fueron encontrados restos humanos.
Al saberse por las organizaciones “De Pie Hasta Encontrarte Guanajuato”, “Cazadoras”, “Justicia y Esperanza de San Luis Potosí” y “Una Luz en el Camino” que en ese sitio podría haber fosas clandestinas, comenzaron a trabajar en la comunidad de Malpaís y sus alrededores.
Durante la búsqueda localizaron la finca y a un costado una pileta en construcción, de aproximadamente seis metros de largo por cuatro metros de ancho, donde al remover la tierra fueron localizados huesos humanos que, de acuerdo con las primeras investigaciones de los Agentes de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía General del Estado (FGE) corresponderían a los de una o varias personas.
Luego de su intervención, las autoridades de la fiscalía aseguraron la zona para que los peritos forenses hicieran el levantamiento de los restos óseos para su análisis.
Fue este domingo cuando la FGE emitió un comunicado donde afirma que los restos encontrados junto con fragmentos de cerámica son de origen prehispánico.
Al sitio del hallazgo prehispánico hay que acceder por la carretera Salamanca-Valle hacia la comunidad que tiene como acceso un camino debidamente empedrado, sin embargo un par de kilómetros hacia adentro, el camino se hace estrecho y pedregoso, más difícil de acceder.
Mientras s avanza, predomina en el suelo la piedra volcánica en bloques irregulares que se apiñan a los costados del camino en el que resaltan las cactáceas como nopaleras con rojos frutos y cactus.
Cerca del mediodía, mientras el sol cae a plomo sobre las espaldas, prevalece el silencio mientras más se aleja del camino transitado por algunas personas a pie o en recua de mulas.
Al llegar al lugar, luego de unos minutos de camino, el perímetro permanece con, recién instaladas, las cintas plásticas de evidencia criminalista, instaladas por la fiscalía, pero ninguna señalética de intervención de autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La familia Almaza Raya de la comunidad vecina Guantes, ubicada a solo tres kilómetros al sur del sitio, construía un sanitario en una finca en terrenos de la ex hacienda y al excavar, pocos metros, hallaron fragmentos de cerámica prehispánica.
“Es muy común en estos sitios encontrar cerámicas prehispánicas, casi en cualquier lugar que busques encuentras algo”, afirma Juan José Manzano quien tiene a sus abuelos viviendo en las cercanías de Malpaís desde hace más de 40 años.
En las inmediaciones de la comunidad Malpaís se pueden observar por todas pares sembradíos de sorgo y maíz blanco ya a punto de la cosecha.
El vehículo que nos conduce al lugar del hallazgo, pasada por un empedrado por toda la avenida del Cerrito, con un marco de cactus, garambullos y nopaleras, aunque también hacen sobras raquíticas algunos mezquites, jaras y maleza abundante.
Ya en el sitio en donde nos alivia un poco la sombra de un frondoso mezquite, se observa un marco mocho de piedra que da acceso al paraje a un luego un camino más angosto lleno de vegetación espinosa.
Al fondo, por fin, una construcción a base de cal y canto con una pileta de unos seis por cuatro metros en donde crece –pareciera ser- de forma fortuita un joven árbol de pirul y a un costado, en el interior, un pequeño foso, evidencia de que se hizo una excavación somera en el interior de la pileta.
Los vestigios arqueológicos fueron ya embalados y están en resguardo de la Fiscalía General del Estado y en el sitio no hay más evidencia material.
Desde sus inicios, la zona fue refugio de algunas tribus recolectoras, las cuales utilizaban los volcanes y sus lagos como albergues temporales luego se asentó la cultura chupícuaro, alocución que deriva del purépecha chupicua, planta que se usaba para teñir de azul, y el término ro que significa lugar, lo que se traduce como “lugar azul”.