León, Gto., (OEM).-Desde las humildes raíces como pastor en el corazón de Ocampo, Guanajuato, hasta convertirse en uno de los creadores y restauradores de arte sacro más ilustres de la región, la vida de Nabor Quiroz es un testimonio inspirador que perdurará a través de las generaciones de artistas.
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Este genio del arte sacro, ha legado un patrimonio invaluable, manifestado en templos no solo en León, sino también en Guadalajara, Ciudad de México e incluso en el mismísimo Vaticano.
Nabor Quiroz, oriundo de Ocampo, Guanajuato, sintió el fervor por la pintura desde temprana edad, a pesar de haber crecido en el seno de una familia que subsistía gracias al pastoreo. Su primer encuentro con el arte no fue en los pasillos de una galería ni en la quietud de un museo, sino en medio de la vida cotidiana. Mientras apilaba cajas de verduras, sus ojos se posaron en una imagen del Maestro Antonio Segoviano, una revelación que avivó su pasión latente por el arte.
Movido por un inquebrantable deseo de aprender, Nabor decidió seguir su destino en la ciudad de León, buscando a Segoviano para convertirse en su discípulo. Pero el camino hacia la realización de su sueño no fue sencillo; se topó con innumerables obstáculos, especialmente desafíos económicos que amenazaron su anhelo de crecimiento artístico.
A pesar de haber tomado clases con el Maestro Segoviano, Nabor se destacó por su insaciable entusiasmo y curiosidad, cualidades que lo impulsaron a ser un autodidacta apasionado. Fue en la práctica y en la restauración y decoración de templos de la ciudad donde refinó sus habilidades, tejiendo un vínculo indisoluble entre su amor por el arte y su profunda fe, nutrida desde su infancia en una familia profundamente religiosa.
Con el tiempo, Nabor Quiroz forjó su camino y emergió como uno de los artistas de arte sacro más preeminentes y venerados de la región. Su influencia se extiende a través de la ciudad, adornando lugares sagrados como el templo de la Soledad, el Oratorio de San Felipe Neri, el Templo del Señor de la Salud en el Barrio, la majestuosa Catedral, el Cuarto de Cabildos y el Expiatorio. Su renombre no conoció fronteras nacionales, ya que también dejó su impronta artística en templos en México, Guadalajara y, asombrosamente, en el extranjero.
La magnificencia de las obras de Nabor Quiroz llegó a tal punto que el Obispado le confió una misión especial: crear una obra destinada al Papa Benedicto XVI. Esta pieza, hoy resplandece en el Vaticano, como un testimonio de la habilidad y dedicación excepcionales de este artista singular.
Como bien señaló el ilustre artista plástico Benjamín Hurtado, "con el fallecimiento del Mtro. Nabor Quiroz se cierra una época del arte en nuestra ciudad". La pérdida de este visionario artista deja un vacío en el mundo del arte sacro, pero su legado permanece como una fuente inagotable de inspiración para las generaciones venideras.
Hoy, la mejor manera de honrar la memoria de este insigne artista guanajuatense es acercarse a su obra y descubrir la narrativa fascinante de su vida. Actualmente el auditorio principal de la ciudad de Ocampo, lleva por nombre “Auditorio Nabor Quiroz”. Nabor artista quien continuará guiando e inspirando a todos aquellos que exploran el apasionante universo del arte sacro. Su legado es eterno, una luz que seguirá iluminando el camino de las futuras generaciones de artistas.