Lo que para algunos es basura, para otras personas es una forma de ganarse la vida, el oficio de pepenador es un trabajo informal donde no existe seguridad social ni apoyo, así lo define Marcos Fernando Razo que desde varios años recorre las calles de diversas colonias de la zona sur de León.
Sin guantes y recorriendo la ciudad a pie es como revisa cada una de las bolsas que contienen basura, para separar y obtener lo que puede vender como chatarra, ropa y otros artículos que pueden reutilizar y que representan dinero a su hogar en donde lo espera su esposa e hija.
Explica que para llevar a cabo esta labor es necesario dedicar muchas horas al no tener un horario fijo, ya que tiene que revisar antes de que pase el carretón de la basura y recoja los desechos de las puertas para poder separar “lo que sirve de lo que no”.
“Siempre hay objetos que se pueden rescatar, desde ropa, figuras de animales, juguetes y otros objetos, estos se lavan bien y se venden a la gente en las chacharas, ellos dan lo quiere por los artículos hasta tres pesos, así todos nos ayudamos”.
Marcos inició en este oficio a la edad de 10 años con la Unión de Contratistas, tras el retiro de concesión de basura en el municipio y quedarse desempleado, fue como decidió adentrarse al trabajo informal ya que ha sido su único trabajo.
El pepenador recolecta PET, lámina, cartón y papel y por estos desechos gana de 150 a 200 pesos ya que el precio de cada uno de los residuos se basa en la ley de oferta y demanda.
Aparte de ser más vulnerables a diversas enfermedades e infecciones por carecer de equipo de protección otro riesgo son los oficiales de policía ya que comenta que hay agentes que no les permite trabajar argumentando que solo rompen bolsas y tiran la basura en el piso dejando un tiradero.
“Yo siempre traigo bolsas de plástico donde pongo lo que me sirve, debo trasculcar la basura y la vuelvo a dejar igual, hay algunos policías que sí permiten realizar el trabajo y otros no, nos corren de mala manera, no todos somos iguales a mí sí me gusta respetar”.
A Razo le encanta su trabajo y se siente motivado ya que dice que es un ejemplo de las personas que buscan pretextos para no trabajar y prefieren robar, hay otras que al ver un panorama difícil económico caen en depresión y se van por el camino fácil de privarse de la vida, sin embargo aprovecha todo lo que la gente tira para llevar de comer a su familia y darles una mejor calidad de vida.