Maestros y padres de familia, junto con organizaciones de la sociedad civil, solicitaron a legisladores, “no quitar ni una coma a la Reforma Educativa”, aprobada la semana pasada por las comisiones unidas de Educación y de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados y no postergar más su aprobación en el Pleno.
Mediante un comunicado, argumentaron que postergar o modificar la iniciativa ya aprobada, sembraría un “pésimo” precedente para la democracia y afectaría gravemente el derecho de todos los mexicanos, principalmente los niños y jóvenes a contar con una educación de calidad.
Pareciera que, lo que está en juego, es el control de plazas magisteriales y el control político y económico que se puede dar con ellas; no queremos regresar a una situación donde ser maestro dependa de sus relaciones sindicales, públicas y políticas.
“Estamos convencidos de que la educación debe dotar de conocimientos, aptitudes y habilidades para que, niños, niñas y jóvenes tengan la capacidad de poder enfrentar los retos actuales de la vida cotidiana, pero ¿cómo lograr una buena preparación para ellos? La respuesta radica en la urgencia de tener ya una Reforma Educativa que vele por beneficiar a los más jóvenes del país”.
Dijeron que el asegurar que niñas y niños tengan acceso a educación de buena calidad es el mejor camino para promover el crecimiento de México.
De acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en su informe La educación obligatoria en México: 2018, en el último año escolar en México, 1.1 millones de niños y jóvenes abandonaron la escuela.
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De ellos, el bachillerato registró el mayor número de “expulsados”, con 770 mil estudiantes. El segundo grupo de mayor abandono es en la secundaria, con 300 mil alumnos, lo que equivale a una tasa de deserción de 4.4%.
Son muchos los aspectos que hay por analizar de la Reforma aprobada en las comisiones unidas de Educación y de Puntos Constitucionales, algunos de ellos deberán ser atendidos en las reformas secundarias.