Las tienditas de la esquina en todo el país luchan día tras día para sobrevivir ante la crisis. Si bien la contingencia sanitaria afectó sus ventas, también representó una oportunidad para hacer un cambio de negocio con innovaciones tecnológicas
Evangelina Núñez atiende “La Charrasqueada” desde hace 15 años en Ixtapaluca, Estado de México. Fue un proyecto que comenzó por mero emprendimiento y para mantenerse activa después de trabajar más de tres décadas en el servicio público.
En marzo, cuando se confirmaron los primeros casos de Covid en el país, la micro empresaria se vio en la necesidad de tomar medidas de protección sanitarias y financieras, como comenzar a atender con cubrebocas o contar con gel antibacterial, al igual que “echarle más al cochinito” para solventar su inventario.
Lo anterior también fue aplicado por Rodrigo Guzmán, dueño de “Abarrotes El Panzas”, aunque reconoció que construir ahorros fue lo más complicado al iniciar la crisis de salud, ya que no estaba acostumbrado a llevar un estricto control de gastos y contar con guardaditos en caso de alguna emergencia.
Sin embargo, parte de esta situación fue sorteada gracias a las ventas a domicilio las cuales dieron a conocer a través de su clientela.
Con ello también incrementaron el número de personal para atender los pedidos a domicilio de jamón, leche, huevo o artículos de limpieza, al mismo tiempo que reforzaron sus medidas de salud a través de la colocación de señalamientos de sana distancia y acrílicos para evitar el contacto físico.
Según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), ocho de cada 10 negocios en el país reconocen a la Nueva Normalidad como el uso de acciones sanitarias, mientras que siete de cada 10 establecimientos comenzaron a vender productos contra el virus en los últimos meses.
Para complementar estos esfuerzos, la Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC) trabaja junto con más de 850 mil tienditas y pequeños comercios para la implementación de iniciativas que contribuyan al aumento de sus ventas e ingresos, además de su seguridad y la de sus clientes.
Entre las acciones destaca la colocación de casi 50 mil mamparas de protección, así como el desarrollo de caretas las cuales fueron donadas a tenderos de todo México. A la par, han brindado apoyo para adoptar soluciones digitales que impulsen el comercio electrónico.
Evangelina Núñez está consciente de que atraviesa por un periodo complicado, pero que no será eterno. En tanto, la crisis significó para Rodrigo Guzmán una ola de retos y mejoras profesionales.
Ambos tenderos coinciden en que sólo trabajando juntos, desde los esfuerzos públicos y privados, se podrá sobrevivir a la contingencia sanitaria y continuar promoviendo el desarrollo del país.