León, Gto.- La pandemia ha causado estrés y la depresión en los niños y adolescentes, debido a todos los cambios que esto ha traído consigo la población infantil problemas de conducta, se vuelven rebeldes, caprichosos, informó Brenda Lucía Rivera, vicepresidenta de Salud y Bienestar del Consejo Nacional de la Industria del Conocimiento, A.C. (CNEMCO).
“Los niños no expresan que están estresados o deprimidos, ellos lo hacen a través de su conducta, se empiezan a portar mal, a gritar, a hacer berrinche, pero es su forma de manifestar que no les gusta lo que está pasando”, explicó.
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Dijo que los pequeños aprenden a través de la interrelación con sus compañeros, por lo que el estar aislado les afectó, porque no están aprendiendo de la manera natural como todos lo hicieron y esto es muy fuerte para ellos.
Recomendó que aunque estén pequeños, se les explique, “entiendo que estés enojado, molesto, que te gustaría hacer esto, pero ellos entienden. Hay que evitar una explicación muy elaborada, pero ellos deben poner un nombre a eso que están sintiendo”.
Destacó que es importante que los niños entiendan que esta etapa va a pasar y sobre todo que mamás y papás se acerquen a ellos, para jugar y encontrar otras formas de divertirse, que este tiempo lo vivan como una aventura.
“Veo que alguna familias inventaron cosas, por ejemplo juegos, hablan, para muchos niños y adolescentes que me toca escuchar han dicho cosas, como ‘por fin mis papás están en casa’ o ‘ahora mis papás juegan conmigo’, entonces eso hay papás muy involucrados y hay otros que no lo hacen”, puntualizó.
Cambiaron los roles
Por otro lado, los roles dentro de la familia también cambiaron, por ejemplo el hombre estaba más fuera de casa, pero ahora todos estaban dentro del hogar.
“También para las mujeres trabajadoras ha sido un impacto importante porque si trabajan, pero los niños tomaron clases en línea y otros siguen, entonces ellas también han tenido que cambiar sus roles y ha afectado a las familias.
Durante la pandemia hubo un aumento importante en el tema de los divorcios y en la violencia intrafamiliar, porque ya estaba todo concentrado en quien tiene menos poder.
“En general hay un tema de incertidumbre, hartazgo, miedo, enojo, mucha ansiedad de que querer hacer otra cosa, de extrañar el contacto y moverse de manera libre, aunque nos hemos ido adaptando está presente el agotamiento por lo que hemos estado viviendo por más de un año”, concluyó.