Los estragos de la pandemia por el Covid-19 alcanzan a todos. En esta ocasión es un profesor de idiomas en una escuela particular ubicada en la colonia Jardines de Oriente, en el municipio de León.
Ricardo Yáñez, lleva poco más de un año trabajando en esa institución donde además de clases de idiomas se puede terminar la prepa en cinco meses. La suspensión de actividades presenciales y la falta de colegiaturas provocaron que la directora, Mariana Origel, de manera unilateral redujera el sueldo de los 45 empleados del lugar.
De acuerdo con el testimonio del profesor, en su caso, de ganar cinco mil pesos a la quincena, en la más reciente solo cobró 500.
Ricardo mencionó que nunca se estableció un acuerdo con los directivos para aceptar la reducción del salario y que el argumento de origel fue “no ser casado y no tener hijos”.
Desde el 19 de marzo, los profesores de la escuela denominada American World Languages, realizaron el Home office, o trabajo desde casa.
“Las clases en línea se realizaron sin contratiempo, pero al recibir mi pago de la quincena pregunté y la directora Mariana Origel nos informó que durante este periodo nos iban a reducir el sueldo a quienes según ella no somos productivos o no tenemos hijos, pues en su opinión solo quienes tienen hijos son merecedores de pago”, señaló Yáñez.
El profesor afectado agregó que “de manera discriminatoria, sugirió que el resto del personal no era prioritario para recibir pago completo, además de amenazar con que al regresando de la contingencia nos quedaríamos sin trabajo”.
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“En mi caso, pedí llegar a un acuerdo para no vernos afectados la empresa ni los trabajadores, a lo que se negó de forma rotunda y que si no estaba de acuerdo, alguien de mayor jerarquía de la escuela se comunicaría conmigo para dejarme bien en claro la situación”, comentó.
“No queremos quedar desprotegidos y sin trabajo en este momento de contingencia”, indicó; sin embargo, dijo que si le van a pagar 500 pesos, prefiere que lo liquiden conforme a la ley.
“Le dijimos a la directora que entonces nos corriera, que nos diera los tres meses de sueldo, la parte proporcional del aguinaldo y las vacaciones para subsistir, pero se negó. Nos dijo que no habría liquidaciones y que si no nos parecía que renunciáramos”, afirmó Ricardo.
Sin contar con Seguridad Pública, sin liquidación, con un sueldo menor, sin la garantía de conservar el trabajo, el profesor se mostró desesperado, ya que, precisamente por la emergencia sanitaria es imposible que en este momento pueda emprender una demanda legal contra la empresa.
Cuando pidió asesoría con un abogado laboral, éste le indicó que deberá esperar no sólo a que abran las instalaciones de la Secretaría estatal del Trabajo, sino también a la cantidad de casos similares al suyo.