León, Gto.- Los Baños Lucita fueron los primeros baños de humo, hace más de 100 años se instalaron en la ciudad de León en los que acudían en su mayoría hombres, sanjuaneros y migrantes quienes se reunían en las regaderas de vapor y baños a relajarse.
De acuerdo a habitantes de la zona, en Baños Lucita ubicados sobre la calle Calzada de Guadalupe en la colonia Obrera, había tres pozos que abastecían de agua a las familias de la colonia Obrera, después usaron calderas de vapor checoslovacas con las que hicieron los tradicionales “baños de humo” y también una alberca en la que niños, jóvenes y adultos se enseñaron a nadar.
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“Mi papá Gilberto Linares nos platicaba que el dueño, don Rafael López Gómar era un hombre muy bondadoso que le regalaba agua a toda la gente de aquí, para ellos el líquido era una bendición además, en fechas especiales como diciembre a todos los niños les regalaba dulces”, comentó Carmen Linares.
En cambio, Jorge Gutiérrez platicó que después de don Rafael quien se hizo cargo de los baños fue el señor Benjamín López, quien le daba trabajo a alrededor de siete personas para mantener a su familia, agregó que Baños Lucita es un lugar enigmático puesto que mucha gente acudía porque tenía la creencia que el agua era prodigiosa y curaba de enfermedades.
Centenares de leoneses acudían a los baños de vapor para curarse de reumas, dolencias del cuerpo y se creía que tenía beneficios en la piel ya que las personas que acudían solían tener un cutis terso y rejuvenecido.
“Dicen que el agua que provenía era medicinal, antes era todo un éxito pero lo dejaron caer, mucha gente iba para curarse de sus enfermedades”, comentó.
“Camino viejo” de los Sanjuaneros
También comentaron que la calle Calzada de Guadalupe era el “camino viejo” de los Sanjuaneros quienes llegaban a la tiendita de la esquina para comprar jabón y estropajos y darse un buen baño en aquella agua milagrosa, después de un descanso continuaban su camino hacía Jalisco para dar gracias por los favores recibidos a la Virgen de San Juan de los Lagos o Cihualpilli.
Pero ahí no terminan las leyendas que rodea Baños Lucita, asimismo cuenta la historia que el lugar que ofrecía servicio de regaderas, baños y vapor hubo algunas muertes debido a que hombres alcoholizados llegaban y se ahogaban con el vapor, algunas personas cuentan que sus almas continúan en el lugar penando y otros creen que son díceres para que curiosos no se acerquen por la zona.
Cuenta la historia que el área del vapor era conocida como la “zona de huevo” ya que los clientes llevaban sus huevos y mientras estaban recostados se cocinaban, posteriormente los cocinaban y se los comían, después de la sesión recogían las cáscaras.
Con un costo inicial de dos pesos y una hora y media de servicio de regadera, tina, individual, general de alberca así fue como operaban Baños Lucita.